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La propuesta de Almunia

La propuesta de Almunia de un pacto de gobierno entre PSOE e IU ha cogido a las fuerzas políticas con el paso cambiado. Pero si la conmoción provocada por la idea ha sido fuerte en todas partes, es en Andalucía donde tiene más difícil traducción. Aquí es donde PSOE sobre todo, e IU, en mucha menor medida, tienen más fuerza y más expectativas de gobierno los primeros, y de alguna representación parlamentaria -pese a su caída- los segundos.La nueva situación plantea una curiosa paradoja. Las listas del PSOE a las elecciones generales llevan ligado el término "progresistas", pese a que el PSOE se presenta sin candidatos independientes (o de la izquierda plural) en Andalucía. En las elecciones autonómicas, por el contrario, el PSOE se presenta bajo el acuerdo programático con Los Verdes dentro de sus siglas. Nueva Izquierda (NI), como valedora del acuerdo político progresista a nivel nacional, ha quedado, en las andaluzas, también a expensas de un apresurado acuerdo programático (sin candidatos) en los días previos a la convocatoria.

Almunia rompe así la calma aparente de su propio partido, pues mientras José Caballos corría a proclamar que "la única izquierda unida andaluza es el PSOE", la posibilidad de un pacto con IU es un deseo largamente acariciado por los electores andaluces y siempre pospuesto. La izquierda se aglutina en torno al PSOE y esto no es malo. Desde NI en Andalucía hemos mantenido mal que bien esa necesidad de convergencia y renovación de la izquierda en torno al PSOE, probablemente a costa de hacernos el harakiri. Ahora le toca a Chaves y al PSOE digerir la propuesta mucho más audaz de su secretario general.

Porque ese 40% de abstencionistas, votantes en blanco y desencantados de la actual política de izquierdas, de sus dudas y sus errores, puede ilusionarse de nuevo si cuaja ese pacto de gobierno que sus dirigentes andaluces parecen excluir de las autonómicas. Y las elecciones son el mismo día. Mientras para algunos fuera del PSOE en Andalucía no hay sino el vacío, para muchos de los que nos consideramos de izquierdas lo que nos falta no es sólo un pacto de gobierno, un acuerdo entre partidos o unos puestos en las listas. Lo que queremos y esperamos de la unidad de la izquierda es un cambio de razones morales, de prácticas políticas, de discursos, procedimientos y caras que, hoy por hoy, ni el PSOE ni por supuesto IU y menos otros, parecen dispuestos a realizar.

En Andalucía falta un ilusionante político equivalente al liderazgo de Maragall. Hay muchos indicios de que para un gobierno plural de la izquierda no sólo se necesita un pacto PSOE-IU, sino una plataforma de "plataformas por el cambio" político, similar a la de los "ciudadanos por el cambio" de las últimas elecciones catalanas, en la que el espacio de la izquierda se amplíe a sectores progresistas no alineados.

Al proponer un debate sobre la formación de una plataforma de "Andaluces por el cambio", insisto en que la propuesta de Almunia es ventajosa para los andaluces, porque de Andalucía depende en buena medida el gobierno de España. Pero el pacto de gobierno presentado por Almunia, siendo la condición necesaria, no es suficiente, porque falta un acuerdo progresista más amplio para las elecciones andaluzas, en las que a algunos sectores sólo nos dejan participar como firmantes de acuerdos programáticos.

Es precisamente a causa de la débil estructuración democrática andaluza, en cuyo déficit la sociedad civil no termina de cuajar, debido muchas veces a ese programático papel "secante" del PSOE. Éste, a fuerza de ser poroso, chupa todas las iniciativas innovadoras que no salen de su seno, las mastica, las dispersa y las digiere en forma de adhesión o rechazo.

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Aunque la historia nos da la razón a quienes propugnamos un cambio democrático de las políticas de izquierda y creamos el PDNI para aglutinarla, a costa, por ahora, de perecer en el intento, la tarea más inmediata es, en Andalucía concretamente, aclarar que el margen ofrecido por el PSOE todavía es demasiado estrecho para la renovación de ideas y personas. Que hay que permeabilizar a la sociedad desde otras ópticas y desde los ámbitos civiles, porque en la estrategia partidaria convencional no se aglutina a grandes segmentos de la sociedad. La responsabilidad de encarar el siglo XXI desde Andalucía sólo puede hacerse desde las posturas de innovación y progreso que no sólo el PSOE representa, a juzgar por el poco entusiasmo que expresa ante acuerdos más allá de sus siglas.

Por eso deberíamos conectar a todos esos andaluces de izquierda -los del PSOE incluidos, claro-, dispersos en reuniones y tertulias, en fundaciones y grupos, en organizaciones no gubernamentales, en asociaciones y foros, en la universidad y en las empresas, para que se vinculen a la propuesta de crear una gran plataforma en la que, con independencia de las opciones electorales de cada uno, quepamos los que estamos en política sin necesidad de cargos ni puestos en las listas, para que nuestra capacidad e influencia se manipule menos y se tengan más en cuenta los criterios de la sociedad andaluza a la que no le resulta imprescindible sumergirse en el PSOE, para ofrecer soluciones imaginativas de futuro a sus problemas y carencias de hoy.

Carlos Hernández Pezzi es arquitecto y patrono de la Fundación Alternativas. Andaluces por el cambio es una propuesta abierta al debate chpezzi@arquired.es

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