El grupo Danat Dansa anuncia su disolución por falta de apoyo institucional
Danat Dansa desaparece. El grupo catalán, uno de los puntales de la danza contemporánea del país y uno de los de mayor proyección internacional, se disuelve ante la falta de apoyo institucional suficiente para mantener su actividad. Así lo explican los directores de la compañía, Sabine Dahrendorf y Alfonso Ordóñez, quienes consideran que la situación de la danza en Cataluña continúa sin normalizarse. Danat se creó hace 16 años y desde entonces no ha cesado de agitar el panorama escénico con sus espectáculos, entre ellos El cielo está enladrillado, centrado en el mundo de Goya, o el último, L'ull esbalaït, sobre Buñuel. La noticia de la desaparición de Danat, uno de los valores más firmes de la danza contemporánea en Cataluña y en toda España, sorprende porque se le tenía por un grupo mimado por las administraciones. Si ellos se disuelven por falta de recursos y apoyo cabe imaginar la situación de penuria en la que se encontrarán otras compañías. "La disolución del grupo llega después de una larga reflexión", explican Dahrendorf y Ordóñez. "La nuestra no es una crisis creativa, tenemos las ideas claras y las propuestas que hacemos son bien acogidas por el público. Pero, simplemente, no podemos seguir. Son demasiados años de esfuerzo continuado, de voluntarismo, de llamar a las puertas, sin que se vea una política clara de las administraciones hacia la danza".
PASA A LA PÁGINA 8
"Estamos hartos de ir siempre al límite", afirman Danat Dansa
VIENE DE LA PÁGINA 1 "En todo este tiempo no ha cambiado nada", dicen con amargura los directores de Danat Dansa, que han decidido tirar la toalla. "Todo está estancado, vivimos en una línea de sombra, fiados siempre a nuestro esfuerzo, a volver a empezar cada vez, cada espectáculo, cada año, siempre desde cero. El apoyo no consiste sólo en dar subvenciones, hace falta una coordinación, una orientación para rentabilizar nuestro trabajo. Y no hay ninguna planificación, todo se enfoca bajo una perspectiva de consumo rápido, de política de escaparate. Hemos llegado a la conclusión de que lo que ocurre es que la danza no interesa a los políticos. Nos dicen que tenemos que ser empresarios, pero nosotros vamos siempre al límite, y estamos hartos; creemos que el problema es que la gente que gestiona la cultura no asume su papel".
Opinan que no se puede mantener una compañía con 10 o 12 personas si no están claras las programaciones, las giras y las subvenciones. El presupuesto de Danat es de unos 50 millones de pesetas al año, y recibe 19 millones de subvención anuales (2,5 millones del Ayuntamiento de Barcelona, 5,5 de la Generalitat y 11 del Ministerio de Cultura). "Parece mucho dinero público, pero hay que negociarlo todos los años y luego nunca sabes cuándo te llegará. El caso es que con los recursos y apoyos que tenemos no se puede mantener una estructura y actividad de una compañía como la nuestra".
Dahrendorf y Ordóñez apuntan que en Cataluña no aparecen grupos nuevos de danza "porque nadie puede con la presión que supone montar una compañía".
Los directores deploran que a nadie ha parecido importarle que Danat desaparezca. "Nos han dicho que nos lo pensemos, incluso que nos tomemos unas vacaciones, pero ninguna solución concreta. Hemos dado la cara muchos años por unas instituciones y un país, y ahora ni siquiera se quieren sentar con nosotros a reflexionar de una manera adulta". Danat ha anulado las giras previstas, incluida una por México con el montaje sobre Buñuel; ha declinado pedir subvenciones y ha dejado su local. En el estado anímico de Dahrendorf y Ordóñez ha influido también el tener que dejar el espacio que ocupaba Danat en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) como compañía residente, al concluir el plazo establecido para esta vinculación.
"Si un joven bailarín me pregunta, le diré que lo mejor que puede hacer es estudiar informática o irse a bailar a Bélgica", dice Dahrendorf con despecho. Ni ella ni Ordóñez tienen claro su futuro profesional tras la desaparición de Danat.
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