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"Nunca he hecho daño a nadie; siempre juego con tacos de goma"

Tiene muy mala fama entre los árbitros desde que, en su debú en la Liga, hace dos temporadas, ante el Barça en Mestalla, ya fuera expulsado por doble amonestación. El lateral izquierdo del Valencia Amedeo Carboni, de 34 años, es un tipo racial, en el campo y en la vida. Después de dos años en el Sampdoria y siete en el Roma, atendió a la llamada de Jorge Valdano, que quería a este lateral con oficio, rápido y contundente, un ganador contagioso al que sólo el formidable Paolo Maldini le ha cerrado el paso en la selección (pese a lo cual ha sido 14 veces internacional). Carboni vive días delicados. La expulsión en el Calderón ante el Atlético por la que le cayeron cuatro partidos de suspensión, que se cumplirán el próximo martes ante el Celta, se produjo mientras la menor de sus cuatro hijas (de apenas un mes de edad), trataba de superar una bronquitis. "Amedeo es un tío legal: siempre va a por el balón, pero tiene mucho carácter y a su edad no puede cambiar", dice de él otro de los más amonestados en el Valencia, el centrocampista David Albelda, que paradójicamente se recupera de una gravísima lesión propiciada por una entrada brutal del jugador del Rayo Llorens. A Carboni le duele en el alma no jugar un partido por sanción y, sin embargo, ha batido un registro en este aspecto: en sus dos años en España ya ha sido castigado con 15 partidos sin jugar (tres en la primera temporada, dos en la segunda y ocho en la presente, además de otros dos que le cayeron en la UEFA por una expulsión ante el Liverpool). Total, que las cifras sugerirían que estamos ante una especie de Vinnie Jones a la italiana, pero no es el caso.Pregunta. ¿Es usted un jugador tan duro como parece?

Respuesta. Nunca le he hecho daño a nadie. Siempre he jugado con botas de goma, y eso quiere decir mucho.

P. ¿Entonces?

R. Es por mi carácter. Me pasa en la vida cotidiana. Tengo mucho, a veces demasiado, es mi principal virtud y mi principal defecto. Cuando veo una injusticia no puedo darme la vuelta. Mi expulsión en el Calderón viene precedida de una falta muy peligrosa para mi equipo que señala el árbitro y que no es falta. Yo no creo que haya que aceptar estas cosas. Cuando me iba al vestuario alguien que viaja siempre con nosotros me dijo que esa falta era normal que la pitara el árbitro, porque íbamos ganando y porque jugábamos en Madrid. Pero eso no puede ser normal. Tenemos que luchar contra esas pequeñas cosas.

P. Pero usted insultó al árbitro tras lanzar el balón al aire.

R. Sí, le dije "vete a tomar por culo" en italiano, que es muy parecido al español. Y está muy mal por mi parte. Pero es que no puedo ver una injusticia como esa falta que no era y marcharme tranquilamente.

P. ¿En Italia no le pasaba lo mismo?

R. No, en Italia puedes mandar al infierno a un árbitro y no pasa nada porque sabe que estás viviendo el partido con mucha intensidad. Si los árbitros expulsaran por todo lo que se dice dentro de un campo, en cada partido no quedarían más de cinco o seis jugadores. El Valencia debe hacer algo fuera de lo normal para que no ganen siempre el Real Madrid y el Barça. Tenemos que decir algo porque si no, nos ponemos el pie sobre nuestra cabeza.

P. Pero en esta actitud de rebeldía el principal perjudicado es usted.

R. Debo cuidarme más, pero me cuesta mucho, porque yo hasta en los entrenamientos voy muy fuerte.

P. En los cuatro partidos que estuvo ausente por sanción, al principio de Liga, el Valencia perdió los cuatro. ¿El equipo echa de menos su coraje?

R. Puede ser. El año pasado estábamos muy unidos y los rivales no nos conocían. Hoy todos te esperan. Más difícil que ganar, es acostumbrarse a ganar.

P. ¿Cómo se conserva tan bien a los 34 años, sigue una dieta?

R. No, como de todo. Lo que manda es la cabeza y la cabeza la tengo bastante bien... hasta que entro en el campo.

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