El fiscal pide cárcel para la maestra del niño ahogado en Can Dragó

El fiscal ha presentado su escrito de acusación por el caso del niño que murió ahogado en el verano de 1998 en la piscina municipal de Can Dragó, en Barcelona, y solicita dos años y nueve meses de prisión para la propietaria de la guardería El Timbal. El fiscal acusa a Marífé Oñate de homicidio imprudente y solicita la clausura de la guardería por un periodo de cinco años y la inhabilitación de la acusada para el ejercicio de la docencia y del cuidado de niños por el mismo periodo. La acusación pública reclama de la juez instructora, Montserrat Comas, que abra juicio oral, pero la magistrada esperará a que la Audiencia de Barcelona resuelva primero un recurso de queja de la defensa.Por este caso, la familia del niño Alberto L. T., de cuatro años, recibió extraprocesalmente una indemnización de 25 millones de pesetas y retiró la acusación contra la Unió Barcelonina d"Activitats Esportives (UBAE), que gestiona la piscina de Can Dragó, y contra uno de los socorristas del recinto que estuvo imputado en la causa. Posteriormente, el socorrista fue exculpado.

El fiscal explica que el 3 de julio de 1998 la dueña de la guardería acudió sola a las piscinas, acompañada de un grupo de 13 niños de entre 4 y 10 años. Según la acusación, Oñate no contaba "con ninguna titulación de puericultora ni con ninguna otra que acreditase su condición de maestra" y entró en el recinto "de forma privada y no como colectivo o grupo escolar". La acusación pública indica también que Oñate se colocó en una zona intermedia entre la piscina y la enfermería y se estiró a tomar el sol "con total despreocupación por los menores". Aquel día había en el recinto unas 700 personas y, según afirma el fiscal, "se cumplían las normas de seguridad y salvamento".

Entre los componentes del grupo de niños se encontraba Albert L. T., que alrededor de las 12 horas y tras comer medio bocadillo y un helado, se sentó en el margen de la piscina con los pies dentro del agua. Media hora después fue visto flotando boca abajo por un bañista que alertó al socorrista.