LA REINA QUISO LOS PUNTOS DE LA COMPRA

La reina Isabel II de Inglaterra, una de las personas más ricas del Reino Unido, como ama de casa ahorrativa, ha reclamado los puntos de regalo que le corresponden por comprar en un supermercado 1.411 pasteles navideños. La soberana ha querido tener un detalle con el personal del palacio de Buckingham y les ha obsequiado con el típico pudin de Navidad, aunque le ha costado gastarse un dinero. El precio de los pasteles era en principio de unas 9.000 libras, pero, dado que a la reina le parecía un coste excesivo, el palacio de Buckingham negoció con el establecimiento comercial un descuento de unas 2.000 libras. Claro que a Isabel II todavía no le salían las cuentas: efectivamente, le faltaban los puntos que le correspondían por tan abultada compra. Y palacio quería sus puntos, a pesar de que la reina no tiene la tarjeta de cliente del supermercado que le permite acumularlos y canjearlos por regalos. Con tan distinguida compradora, el supermercado ha hecho una soberana excepción y ha cedido a la petición de la reina de Inglaterra. Isabel II no ha tirado precisamente la casa por la ventana, pero ha querido ser solidaria y los dichosos puntos, con un valor de 98 libras, serán finalmente donados a una asociación de personas sin hogar. La soberana, además, en vez de comprar los regalos en el tradicional Harrods, los encargó en una cadena donde cada pudin costaba la mitad que en los famosos almacenes