Juzgado un diputado socialista por negarse a la prueba de alcoholemia
El diputado socialista Javier Barrero, que se enfrenta a una pena de seis meses de prisión por negarse a realizar la prueba de alcoholemia, aseguró ayer en su juicio ante el Tribunal Supremo que no fue requerido formalmente para soplar en el etilómetro y que se limitó a intentar convencer a los agentes de la Guardia Civil de que no podían obligarle ni detenerle por tratarse de un parlamentario. La sentencia se espera con interés al ser la primera vez que el Supremo examina la negativa a practicar la prueba.
Barrero fue parado en un control aleatorio establecido por la Guardia Civil a las cuatro y media de la madrugada del 28 de febrero de 1997. El parlamentario explicó durante el juicio que en esos momentos se encontraba muy cansado, debido a que había estado todo el día en el Congreso, después se había desplazado en el AVE a Sevilla, había conducido hasta Huelva y había salido a cenar con su mujer para celebrar su aniversario de boda.Explicó que nunca bebe y esa noche había cenado con agua mineral, pero aceptó tomar unos sorbos de vino de la copa de su mujer para celebrar el aniversario. Cuando se dirigía a su domicilio, en la localidad onubense de Cartaya, fue parado en el control.
Según la versión de Barrero, el agente le preguntó "si deseaba" la prueba, a lo que él contestó que prefería no hacerlo porque estaba muy cansado, había tenido una jornada agotadora a causa de sus desplazamientos motivados por su condición de diputado. También adujo que había sido sometido a la misma prueba varias veces en los últimos meses, siempre con resultado negativo. El agente consultó con el sargento, quien espetó a Barrero: "Si persiste en su actitud, tendré que detenerle". Barrero contestó que era diputado y no podía detenerle. El sargento llamó al juez de guardia, quien ordenó que si no presentaba síntomas de embriaguez le dejaran marchar. Los guardias le dejaron ir pero presentaron denuncia.
Según el testimonio de los agentes ante el tribunal, Barrero fue requerido en dos ocasiones para que soplase el etilómetro, a lo que el diputado se negó.
A preguntas del abogado José María Mohedano, defensor de Barrero, los agentes admitieron que el atestado no fue redactado en el lugar de los hechos y que en esta primera diligencia no hicieron constar que Barrero presentaba un "tenue olor a bebidas alcohólicas y brillo anormal en los ojos", añadido que hicieron en otro escrito posterior.
El fiscal mantuvo su petición de seis meses de prisión por un delito de desobediencia grave, al considerar que hubo un "requerimiento expreso" y una negativa "reiterada" por parte del diputado a someterse a la prueba.
José María Mohedano reclamó la absolución alegando que Barrero no fue requerido en firme, no hubo negativa y no presentaba síntomas de embriaguez, único supuesto en que, según la defensa, se comete el delito.
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