Ramon Lo Foll
Toda su vida mantuvo una perpetua agitación amorosa: la força d"amor de Llull y para la lozanía de su audaz amor compuso tantos poemas com dies ha en l"any. El de hoy, su fiesta y la del benemérito Micalet, es el 331 -faltan 34 jornadas para el 2000-, suena así: "L"amic, ab sa imaginació, pintava e formava les faiçons de son amat en les coses corporals, e ab son enteniment les polia en les coses esperituals, e ab volentat les adorava en totes les creatures".Herido por la gracia, se propuso dar su vida ("fins que hagi escampada tota la meua sang per amor"), escribir un libro capaz de convencer infieles y fundar escuelas de lenguas y culturas no cristianas "per çò que homes savis poguessen entre ells manifestar la veritat". Frente a la hoguera, la palabra. Inventó su Art major en Randa, un sistema lógico universal para conocer y demostrar las verdades con raons necessàries. Atravesó todas las puertas, penetró todas las ideas "e meravellava"s de les meravelles qui són en lo món, demanava çò que no entenia, recontava çò que entenia", unificó todo el saber e hizo hablar la filosofía, por primera vez, en una lengua vulgar. Los otros, lo combatieron. Valencia era el gran altavoz del lulismo y su obispo Fenollet, en 1349, ya aconsejaba "no recórrer als laberints de la ciència lul.liana ni a subtileses en l"adquisició de coneiximent". El dominico inquisidor Eimeric consiguió del papa, en 1376, la censura de su obra -en el Índice de libros prohibidos hasta 1929-. Lo degradaron a beato, impidiendo, durante siglos, la canonización y el análisis de la realidad con el método lulista y no el tomista. Si conserváramos el estado -tu, Ausiàs, ja m"entens!- no sólo sería san Ramón, lo proclamarían personalidad del milenio. A pesar de todo, ha sido levadura hasta ahora anant anava e sembrant sembrava.
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