Hingis alcanza su segunda final
La suiza ganó a Venus Williams con una buena dosis de inteligenciaLas hermanas Williams condicionan su presencia en los torneos a su formación académica
Martina Hingis, 19 años, alcanzó ayer por segunda vez consecutiva la final del Masters femenino (19.00, Eurosport), que se disputa en el Madison Square Garden de Nueva York. Hingis fue una maestra en el arte de dosificar su inteligencia para acabar imponiéndose a la norteamericana Venus Williams, 19 años, por 6-4, 7-6 (7-2), en 1 hora y 49 minutos. En la final se enfrentará a la ganadora del partido Nathalie Tauziat-Lindsay Davenport, que no había finalizado al cierre de esta edición. El año pasado, Hingis ganó tras eliminar a Davenport.Las evidentes diferencias que separan fuera de la pista a Martina y a Venus coexisten con otras que las distancian dentro de ella. Las dos tienen juegos sustancialmente opuestos. No se parecen en nada. Mientras Venus tiene uno de los saques más potentes del circuito. Martina saca 20 kilómetros por hora más lento. Williams tiene un golpe rapidísimo y Hingis ha tenido que pegar algo más plana la bola para poder ganar velocidad. Pero donde más se acusa la diferencia entre ambas es en la cabeza: Hingis la tiene amueblada al detalle; Venus todavía está buscando mobiliario.
Fue este aspecto el que permitió a Martina mantener el partido bajo control y acabar ganándolo con cierta comodidad. Su victoria pudo llegar bastante antes, cuando la suiza dispuso de una bola de break que la hubiera situado con 4-1 en la segunda y definitiva manga. La perdió y en aquel momento Williams, que fue atendida por problemas en la base del cuello, pareció recuperar la calma y el juego. De ahí al final, se produjo el mejor tenis que ofreció el partido. Williams dejó de jugar sólo bolas al centro de la pista, anguló sus tiros y obligó a Martina a reconsiderar sus estrategias y ir improvisando otras de nuevas para resolver cada punto y cada situación.
Entonces quedó patente que, pese al excelente trabajo físico que ha realizado, Hingis no podría ganar a una Venus Williams que supiera controlar todo su potencial. Pero, por el momento, la norteamericana, finalista en el Open de EEUU en 1997, sigue siendo un caballo desbocado. Necesita que algún entrenador le explique para qué sirve la estrategia y cuáles son los puntos realmente importantes. Un trabajo similar al que realizó José Higueras con Jim Courier, antes de que éste ganara dos Roland Garros consecutivos.
Estudios antes que tenis
Las reacciones de las hermanas Williams siguen siendo imprevisibles. Venus, 19 años, pidió en los dos últimos torneos que ha disputado (Filadelfia y el Masters) que le aplazaran su primer partido hasta el miércoles para no suspender sus clases el lunes y el martes "sólo por un torneo". Serena, la menor, 18 años, pero la primera de la familia en ganar un Grand Slam (Open de EEUU este año), se plantea no acudir al Open de Australia el próximo mes de enero si su programa de estudios no se lo permite. "El tenis es un juego, la vida no", aseguran las dos hermanas."No, no", asegura el padre de las dos campeonas, tercera y cuarta mundiales, "la educación es lo primero. No quiero tener que alimentar a dos parásitos el día de mañana, cuando decidan dejar el tenis". ¿Es un loco o un iluminado? Es una cuestión que ya se planteó en su momento, cuando Richard Williams confesó que había decidido tener dos hijas y convertirlas en campeonas de tenis al ver en la televisión que una jugadora cobraba 40.000 dólares por ganar un torneo. Después, cambió incluso de domicilio y pasó a vivir en el peor gueto de Los Ángeles, Compton, para que sus hijas crecieran en un ambiente hostil. Cuando Venus tenía 14 años anunció que algún día sus hijas serían la número uno y dos del mundo. Y el objetivo se está acercando. "Créame. Esto no ocurre si no se planifica".
Las hermanas Williams quieren graduarse en diseño. Serena idea vestidos de novia, Venus prefiere centrarse en la moda. "Mi prioridad ahora mismo no es el tenis. Estudiar supone un esfuerzo importante, pero después te ofrece una gran satisfacción y muchos conocimientos que te son útiles", explica Venus.
"Cuando veo la forma en que Venus se concentra en su educación, siento que he hecho un buen trabajo. Su educación está por encima de todo, incluso por encima de mí", presume el padre, que no sabe si su hija mayor persistirá mucho tiempo en el circuito. "Tiene más dinero del que necesita. Y si se plantea retirarse, no se lo impediré"..
Richard Williams evita desde hace meses que sus dos hijas coincidan en torneos. Fue un consejo que le dio un psicólogo y lo sigue a rajatabla. Sólo permite que se encuentren en los Grand Slam y en algún otro torneo grande. Este año, Venus y Serena se convirtieron en las primeras hermanas del siglo que disputaron una final, en Cayo Vizcaíno. En Australia no coincidirán. Serena probablemente no acuda: "Aún no he decidido si jugaré o no, lo decidiré en las próximas semanas dependiendo de mi lesión en la espalda (acaba de retirarse del Masters) y del programa que tenga en la escuela".
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