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Otro clásico apasionante

El Valencia suma su quinta victoria en siete partidos ante el Barcelona

Desde el primer minuto hasta el último, resultó un clásico apasionante. Consecuencia de dos equipos que, cuando se enfrentan, se alían con el fútbol y lo dan todo. Cualquiera pudo haber ganado y ambos lo hubieran merecido, pero el Valencia quizá aportó una dosis más de entrega, unos gramos más de pasión que al final, totalmente exhausto por la expulsión de Fagiani, le fueron suficientes para aguantar el tirón azulgrana. Y para sumar su quinta victoria ante el Barça de los últimos siete enfrentamientos, algo probablemente histórico. Por cierto, pocas dudas le deben quedar a Cúper de que Mendieta, el mejor del encuentro, debe jugar ahí, en la media punta, y no en uno de los interiores, donde ha actuado hasta ahora.Precisamente cuando el Barcelona se había desembarazado de la presión valencianista, el balón le pertenecía sin discusión y el fútbol azulgrana fluía desde la bota derecha de Guardiola, al filo de la media hora, apareció el Piojo López. Descubrió un gran agujero en el centro de la defensa azulgrana, se acercó como poseído a Hesp y, ante el acoso de los defensas, disparó con su pata de palo, la derecha. Por supuesto que se trataba de un gol: enfrente estaba el Barça, el mejor rival posible para el Piojo, el equipo al que le ha marcado 11 goles en 12 partidos. Aunque sea con la izquierda. O con la cabeza, que tampoco es su fuerte. Pero su fuerte es el Barça. Porque hasta ese momento el Piojo estuvo especialmente espeso, incapaz de marcharse de Sergi o de Frank de Boer, pero lo hizo una vez. Y gol. El Valencia recuperó entonces el mando y en una recuperación de balón de Mendieta, otra vez en el centro de la defensa azulgrana, Ilie cruzó el cuero de izquierda a derecha ante la estirada de Hesp. Los goles también acudían fieles a la cita.

VALENCIA 3

BARCELONA 1Valencia: Palop; Angloma, Djukic, Pellegrino, Fagiani; Farinós (Milla, m. 64), Gerard, Kily González; Mendieta; Piojo López e Ilie (Björklund, m. 77). Barcelona: Hesp; Reiziger, Frank de Boer, Sergi (Simao, m. 61); Ronald de Boer, Guardiola (Dani, m. 86), Cocu, Zenden; Figo, Kluivert y Luis Enrique. Goles: 1-0. M. 31. Kily González envía un pase a la frontal del área que recoge Piojo López, encara a Hesp y marca tras disparar con la derecha. 2-0. M. 36. Mendieta roba un balón en la frontal del área de Barça, entrega a Ilie y éste cruza a la izquierda de Hesp. 2-1. M. 44. Zenden recibe un pase de Cocu en el pico del área izquierda y se saca un latigazo cruzado al que no llega Palop. 3-1. M. 90. Gerard pelea un balón con Fran de Boer, y en su caída, empalma a la red. Árbitro: Pérez Lasa. Expulsó a Fagiani por doble amarilla (m. 76) y a Dani con roja directa (m.92). Amonestó a Piojo López, Kili González, Luis Enrique, Ilie, Cocu, Kluivert y al técnico del Barcelona, Van Gaal. Unos 50.000 espectadores en Mestalla.

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Tres de los cuatro argentinos del Valencia ya tenían una tarjeta amarilla a los 17 minutos de juego. Pero eso no le quitó chispa al partido, que nació respetuoso con la historia y fue hermoso desde el primer instante. Guardiola y Mendieta se emparejaron en el centro del campo y representaron lo mejor de cada equipo. El capitán del Valencia, el brío y la verticalidad valencianista en este tipo de citas; el del Barça, la racionalidad en la distribución de espacios, la naturalidad en el juego. Finalmente en esta bella batalla se impuso Mendieta, quizá porque estaba más arropado en ese territorio por Gerard de lo que Guardiola lo estuviera por Cocu, a pesar de que Figo acudió al rescate con éxito en numerosas ocasiones: para colaborar en la creación.

Podría pensarse que el partido había quedado resuelto, de no ser porque allí estaba el Barça, con su munición descomunal. Y poco después de que Figo lanzara un disparo envenenado que salvó al lado del poste la mano de Palop, Zenden se sacó un latigazo cruzado desde el pico izquierdo del área que se coló como una centella. El descanso prometía una segunda parte tan apasionante como la primera.

Tal cual. El Barcelona puso precio a la cabeza de Palop y el Valencia se encomendó más que nunca a que Piojo, Mendieta e Ilie cazaran algún contraataque. La incorporación de Simao en el extremo derecho no hacía sino reforzar la ambición azulgrana, cuyo acoso iba a ser infatigable. El centro del campo valencianista se disolvía y sólo Mendieta seguía espléndido: con una ambición infinita. Pero el partido continuaba como al principio: un toma y daca, una ida y vuelta. Así hasta que un detalle lo desestabilizara. Pudo haber sido esa extraorinaria chilena de Ronald de Boer que Palop desvió con proverbiales reflejos, por mucho que el árbitro hubiese anulado la acción por juego peligroso del defensa holandés. Con la expulsión de Fagiani, el Barça se abalanzó y Palop respondió con grandeza.

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