Juanmi salva al Zaragoza, que ya es segundo en la tabla

El Zaragoza se hizo ayer con una de esas victorias trabajadas y con poco relumbrón que acaban contando tanto como las tardes más brillantes del electrocardiograma futbolístico, pero que enganchan menos al personal y lo mueven a dudar si valdrá la pena soportar otro domingo más el cierzo y la gélida temperatura. El Alavés se presumía como un equipo ordenado y correoso, en el mejor sentido de la palabra, con algunos viejos rockeros en punta. Pero todos sus planteamientos previos se derrumbaron cuando Milosevic marcó al tercer minuto: tras un saque de esquina en corto, Juanele regaló un pase milimétrico al serbio, que no perdonó. Un Juanele que fue el mejor en la primera parte y del que sí puede decirse que sus ojos son las ventanas del cerebro. Jamelli, en un disparo rechazado a córner por Herrera, o Vellisca, pudieron aumentar la cuenta.El Alavés llegaba bien hasta los tres cuartos de campo, pero le faltaba pegada. Se avanza a base de pruebas y errores, y el Alavés probó poco.En la segunda parte emergió la figura de Juanmi, que evitó un gol a bocajarro en el primer minuto y paró un discutible penalti poco después. El Zaragoza demostró, si bien a rachas, ser un equipo bien estructurado y eficaz, aunque con pocas concesiones a la galería.