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Descontrol en la Liga

El Barça, que podía ponerse de líder, resbaló en su campo ante el Málaga, que corría el riesgo de situarse como colista. El mejor ataque (nadie ha marcado más goles que el conjunto azulgrana) no supo imponer su condición ante la peor defensa (nadie ha recibido tantos goles como el malagueño). La Liga sigue sin lógica, sin ninguna lógica. Cualquier resultado es posible en este campeonato loco, donde las diferencias sólo se ven en los presupuestos, casi nunca en el campo. El fútbol se ha vuelto decididamente parejo. Pero la noticia, pese a lo que pudiera parecer, no es buena. Porque la igualdad no obedece al crecimiento de nivel de los de abajo, sino a la caída de los grandes, incapaces de juntar actuaciones convincentes acordes con la jerarquía que se les supone.El petardazo de la semana lo protagonizó el Barcelona, que tropezó con estrépito en el Camp Nou ante el Málaga, un equipo que hasta ayer ocupaba puesto de descenso. El arranque pareció una broma, el mundo al revés. El Málaga se disfrazó de equipazo por unos minutos, y el Barcelona le contestó con una defensa de mantequilla. La secuencia tuvo consecuencias devastadoras para los azulgrana (0-2 a los 12 minutos), que ya no fueron capaces de darle la vuelta al asunto.

Así que el Rayo sigue de líder una semana más. Pese a su derrota del sábado ante el Madrid, mantiene la cabeza, que en esta Liga hasta los más pequeños se permiten ciertas concesiones. El Barcelona tampoco es segundo, ni tercero, ni siquiera cuarto. El Málaga le ha empujado hasta el quinto puesto.

A la caza del Rayo, a un solo punto, se han lanzado tres equipos. El Zaragoza, protagonista silencioso del campeonato (ganó 2-1 al Alavés y es segundo); el Deportivo (Javier Irureta le ganó a su profesor, Luis Aragonés, en Oviedo, 0-1), y el Celta, que se concedió un homenaje ante el Betis. Le goleó sin piedad (5-1), tal vez para celebrar el retorno de Mazinho, que jugaba su primer partido oficial después de seis meses.

Otro resbalón sonado se vivió en el Calderón. Llegó el Atlético a la jornada vestido de euforia, crecido por los últimos resultados -por el triunfo en el Bernabéu, sobre todo-, y la dejó otra vez roto, con la afición encrespada y los jugadores cargados de dudas. Después de un primer tiempo convincente (2-0), el Atlético se derrumbó y se dejó empatar por el Numancia (2-2).

¡Ah!, y Javier Clemente, para confirmar la locura de esta Liga, goleó en su debú en Anoeta con la Real: 3-0 al Valladolid.

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