IU aborda la reelección de Antonio Romero como coordinador con la presión del retroceso electoral

Izquierda Unida afronta hoy su XII Asamblea sin apenas tensión previa. Al contrario que en la anterior -en la que llegaron a presentarse hasta tres listas para el Consejo Andaluz-, en esta ocasión se perfila una sola candidatura: la del actual coordinador, Antonio Romero. La ausencia de discrepancias relevantes y de una alternativa tanto para coordinador como para candidato a la Junta viene condicionada por una doble vertiente: el momento delicado que atraviesa IU en vísperas de las elecciones andaluzas y la salida de las corrientes más díscolas (Los Verdes, NI y el CAI).

No han pasado ni dos años desde el plante de varios dirigentes de la federación a Romero en una reunión de la ejecutiva en Priego de Córdoba. Al coordinador -elegido en julio de 1996 en una asamblea extraordinaria tras precipitar la marcha de Luis Carlos Rejón- le cayó encima un aguacero de críticas por los términos "entreguistas" con los que encauzó la aproximación al PSOE y la carencia de una dirección colegiada.Aquellos ataques evidenciaron que Romero no había conseguido consolidarse, pese a llevar para entonces (mayo de 1998) casi dos años en el puesto. Aunque las aguas están mucho más calmadas ahora, según fuentes consultadas, Romero sigue sin concitar el consenso general y mucho menos ejercer un liderazgo indiscutible. Pero, entremedio, la federación ha pasado por el descalabro de las elecciones municipales y se enfrenta a las autonómicas y generales con una fuerte crisis a nivel nacional.

En el seno de la organización se es consciente de que es necesario un especial esfuerzo para remontar las malas perspectivas de voto y ofrecer una alternativa fresca y renovada al electorado. También hay quien defiende un cierre de filas con otra intención: se prevé un fuerte retroceso y Romero ha estado al frente de IU en los últimos tres años. Por tanto, Romero será quien responda y rinda cuentas del posible batacazo.

En este contexto, y una vez digerido el varapalo de los comicios locales y la pertinente autocrítica respecto a tácticas pasadas, la XII Asamblea pasará sin grandes convulsiones, salvo sorpresas de última hora. Romero encabeza la única lista y nadie discute que debe ser él candidato a la presidencia de la Junta. A esta tranquilidad entre comillas contribuye también la ausencia de los partidos más díscolos, que fueron precisamente los que en la anterior asamblea presentaron listas distintas: Los Verdes, el CAI y Nueva Izquierda.

No obstante, las especiales características de la federación de izquierda, donde conviven corrientes con planteamientos en algunos casos dispares, impiden un mensaje cien por cien unitario. De hecho, la CUT, el partido que lidera Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha aprobado un documento político distinto al oficial en el que plantea que no se pacte en ningún caso con el PSOE si éste no modifica sus postulados actuales. La política de alianzas con los socialistas será uno de los puntos clave del congreso, toda vez que, aunque la posición mayoritaria es no cerrarse a un hipotético diálogo en escenarios futuros, existen posturas muy diferentes de cómo realizar el acercamiento para preservar la independencia de la federación.

"Consenso previo"

En el primer día de la asamblea, que se cerrará mañana con la intervención del coordinador general, Julio Anguita, Romero presentará su informe político, para el que, asegura, "hay consenso previo". El domingo los 500 delegados elegirán un 70% del Consejo Andaluz -máximo órgano entre asamblea que rebasa el centenar de miembros- y los consejos provinciales, el otro 30%. El Consejo Andaluz deberá designar en el plazo de una semana a la Ejecutiva, que en la actualidad cuenta con 42 integrantes.

Según fuentes consultadas, hasta ahora Romero no se ha dirigido a los distintos sectores de IU para discutir la lista que llevará al Consejo Andaluz ni tampoco la configuración de la Ejecutiva. Uno de los dirigentes de los sectores que no son afines a Romero aunque, sin embargo, lo apoyará para respaldar a la organización, señaló: "Puede pedir un ejercicio de responsabilidad por la difícil situación que atraviesa IU, pero él también tiene que dejar un margen a la participación e integrar a todas las corrientes que, como corresponde a una fuerza política fuera de las pautas tradicionales, tienen un sitio y una voz".