La extraña bula de la Gavina Blava

"¡Váyase, señor Fernández!". "¡Váyase y no nos insulte con su presencia en el Parlament, para lo que se ha demostrado manifiestamente incapaz!". Estas exhortaciones tan contundentes al presidente el Partido Popular de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, no provienen de ningún militante socialista o de Esquerra Republicana. Son ideas difundidas en el seno del propio PP catalán por militantes integrados en el grupo crítico Gavina Blava, que reúne básicamente a ex concejales populares. Sus comunicados muestran una dureza extrema contra la dirección, pero a sus redactores todavía no se les ha abierto ningún expediente.Tanta tolerancia en un partido que ni siquiera permite la creación de corrientes internas ha dado alas a los promotores de la Gavina Blava, que han intensificado su oposición y dicen tener más de un centenar de adheridos. Así, preparan una "acto masivo" para las próximas semanas, suben el tono de sus comunicados y siembran el pánico en los actos del partido con su mera presencia. Acudieron a los mítines de José María Aznar en la pasada campaña. Y en la noche electoral del 17 de octubre, algunos miembros destacados no tuvieron ningún reparo en desplazarse al hotel donde el PP había convocado a sus militantes para despotricar contra Alberto Fernández.

A pesar del desconcierto que causaron, nadie les dijo nada ni les invitó a marcharse. "Parece que tenemos bula", se regocija uno de sus miembros.

El grupo se fraguó en las pasadas municipales, cuando la dirección catalana promovió una renovación en las listas y arrinconó a militantes históricos con cierto peso en algunas ciudades. Dos de ellos, Josep Molero -portavoz en Viladecans- y Antoni Arderiu -portavoz en Manresa-, se quejaron por escrito. Molero escribió una carta a Fernández Díaz en la que le advertía de que el partido estaba "eliminando a los centristas". "Como no tienes ni un minuto de tiempo para ponerte al teléfono y las cartas no las contestas, pero lees los periódicos, tendré que utilizar estos medios para que te enteres de lo que quiero decirte", escribía.

Arderiu acudió al secretario general del PP, Javier Arenas, a quien envió una carta el 22 junio. Le decía: "Se lo voy a exponer claro y sin tapujos para que me entienda. Con Alberto Fernández Díaz tiene usted un inútil al frente del partido y con Antonio Ainoza y Ramón Riera , la hez de la clase política dirigiendo la estructura del partido". Sobre estos últimos, añadía: "No voy a decirle mi sincera opinión porque podría incurrir en delito; baste sólo exponerle que, en el improbable supuesto de que en alguna ocasión vinieran a cenar a mi casa, a la salida contaría las cucharillas del postre para saber cuántas me faltaban".

Pasado el verano, el disperso malestar se organizó a través de la Gavina Blava, presentada como Plataforma Electoral para los Congresos de Barcelona y de Cataluña del PP. Incluso han elegido un equipo coordinador que actúa a modo de dirección paralela y que está integrado por siete personas: Arderiu y Molero; los ex concejales de Badalona y Santa Coloma de Gramenet, Josep Maria Rodríguez y Carlos Garzón, respectivamente, y los militantes Adela Canela, Francisco Pachón y María Carmen Reyes. A cada decisión de la dirección del PP, la Gavina Blava responde con un comunicado que se mantiene fiel al contundente estilo epistolar de algunos de sus miembros.

Cuando el PP nombró al secretario general de Barcelona, Xavier García Albiol, portavoz en la Diputación, la Gavina escribió que la designación indicaba que éste había "trasladado su comité de acción y su oficina siniestra al propio corazón de tan noble institución". Y se preguntaba: "¿Cómo es posible que tengan tantos cargos unas personas tan incompetentes?".

Las listas de las autonómicas no tuvieron una valoración más benevolente. La Gavina Blava denunció que el PP había escogido a "los más aduladores, sumisos, incompetentes y derrotados". "La inclusión de personas manifiestamente incompetentes no es sólo un grave error político, sino un insulto a la ciudadanía, a quien se está pidiendo que, con sus votos y dinero, contribuya a mantener a fracasados".

El récord de improperios lo obtiene el último de los textos, del 19 de octubre, para evaluar las autonómicas. Mientras que los dirigentes del PP mostraron su satisfacción por haberse cumplido presuntamente todos los objetivos, la Gavina Blava consideró un "desastre" pasar de 17 a 12 diputados. "Este desastre tiene un nombre y apellidos: Alberto Fernández Díaz. Él ha dejado la estructura del partido en manos de unos impresentables, preocupados únicamente de sus intereses particulares, ha dado un mensaje confuso y vergonzante y ha traído a la campaña temas que no interesan a nadie", afirmaron. El comunicado concluye: "¡Por el bien de los militantes y simpatizantes del PP, váyase, señor Fernández!".

Todos los dirigentes consultados minimizan las acciones de esta plataforma opositora y subrayan que "no representan a nadie". No quieren hablar de ellos, ni siquiera desean responderles, "para no contribuir a aumentar su resonancia". De momento, el único que tiene abierto un proceso interno es Rodríguez, pero como consecuencia del enfrentamiento que tuvo con García Albiol antes del nacimiento de la plataforma.

Fuentes del aparato de Barcelona aseguran que remitirán el caso al comité de conflictos. No obstante, actualmente ninguno de los promotores de la Gavina Blava ha recibido ni siquiera un aviso y el grupo lleva ya más de dos meses difundiendo sus durísimos comunicados y celebrando reuniones por doquier. Desde el pasado sábado incluso disponen de un magnífico aliado, el eurodiputado Aleix Vidal-Quadras, quien aceptó su propuesta de disputar el liderazgo del PP en Cataluña al ministro Josep Piqué.