20 entidades piden legalizar la situación de un magrebí de 18 años sin papeles
Veinte entidades cívicas de Barcelona han expresado su apoyo a Hussein, un magrebí de 18 años que estudia y convive con una familia de la Barceloneta desde hace ocho meses, y buscan una vía que permita legalizar su situación. Las citadas asociaciones no quieren que a Hussein le pase lo mismo que a Norden. Tras este nombre se esconde la personalidad de otro joven marroquí que, tras cumplir 18 años, ha quedado en la calle con las 10.000 pesetas que le dieron en el centro de acogida de inmigrantes, un billete en el bolsillo, sin trabajo y sin documentación, a punto para ser detenido y sin otra opción que la repatriación.
Si no fuera por las detenciones -ocho en cinco meses-, la vida de Hussein se parecería a la de cualquier otro chico de su edad que estudia y pasa sus ratos libres con la colla de diables del barrio. No tiene ninguna causa judicial pendiente porque, cuando tomó la determinación de cruzar el Estrecho, tenía claro que buscaba la salida profesional que no veía en su país, pero al margen de todo tipo de delincuencia.La historia de Hussein fue presentada ayer como ejemplar por la larga lista de entidades, entre ellas la Federación de Asociaciones de Vecinos y el Colegio de Educadores Sociales, que avalan el enorme esfuerzo del muchacho por convertirse en un vecino más. Entre los apoyos figura el de la concejal de Derechos Civiles, Roser Veciana, de ERC.
Al cumplir la mayoría de edad, la expulsión es la peor de las pesadillas a la que se enfrentan estos chicos, aun no habiendo cometido delito alguno.
Hussein empezó a trabajar a los 12 años en una carnicería. Sus jornadas eran de 11 horas y su salario tan escaso que le animaron a seguir el mismo camino de otros muchos compatriotas. Antes de conseguir pisar territorio español, ya lo había intentado seis veces. Al fin, un día logró su propósito colocándose en los bajos de un camión.
Según explica Eva Fernández, la persona que le acogió en su casa junto con su marido, la peor experiencia del chico la pasó recientemente tras permanecer unos días en el centro de extranjeros de la Verneda. Eva Fernández explicó ayer las dificultades a las que se enfrentan para normalizar la situación de Hussein.
El caso de Hussein y de Norden, que llegó hace diez meses como polizón y que desde entonces ha permanecido en un centro oficial, es el de decenas de jóvenes magrebíes que llegan a Cataluña sin documentación, son detenidos por carecer de papeles y trasladados a centros de acogida de inmigrantes.
Esta política es válida hasta los 18 años. A partir de esta edad sólo hay pequeñas ayudas y en la Dirección de Atención a la Infancia de la Generalitat se acumulan las solicitudes. Alba Franch, de la entidad Bages per a Tothom, que ha acogido a Norden a la espera de una solución, considera que se trata de un problema de imprevisión, porque se sabe los jóvenes que llegan a Cataluña y están en centros de acogida, pero no se prevé qué hacer con ellos cuando llegan a los 18 años.
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