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Fidalgo quiere formar una dirección colectiva para tomar el relevo en CCOO

Dos reuniones que suman 26 horas ha necesitado el sector mayoritario de CCOO para concluir que José María Fidalgo sea su candidato a suceder a Antonio Gutiérrez al frente del sindicato. Una decisión que se ha tomado sin el respaldo del grupo de dirigentes que proponían la opción de Ignacio Fernández Toxo. Fidalgo debe ahora recomponer el consenso y se propone hacerlo con una dirección colectiva, sin personalismos, y no descarta que en ella esté Toxo.

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El incierto futuro de Gutiérrez

Los 40 dirigentes del sindicato encuadrados en el sector oficial no lograron la unanimidad que se habían propuesto para salir con un único candidato. Su debate ha sido tenso y ha padecido los problemas propios de la bisoñez, ya que el nombre de los anteriores secretarios generales (Marcelino Camacho y Antonio Gutiérrez) fueron una decisión del PCE y, en el caso de Gutiérrez, avalada por la dirección del sindicato en la antigua sede central del Partido Comunista de Santísima Trinidad. En esta ocasión la autoría corresponde a CCOO y Fidalgo no ha sido nunca miembro del PCE (ni de ningún otro partido).La resolución hecha pública a las 3 de la madrugada de ayer por Gutiérrez reconocía que la presentación como candidato a la secretaría general de Fidalgo, actual responsable de política institucional, "suscita las reservas de algunos compañeros y especialmente de Toxo que va a tomarse unos días para comunicarnos su decisión".

Toxo no descarta "ningún escenario", aunque ha sugerido que es difícil que se presente como candidato alternativo porque no quiere "el surgimiento de una fracción en el seno de la mayoría de CCOO".

A la espera de esa decisión, Fidalgo se considera respaldado "por una mayoría amplísima de las 40 personas de esta especie de célula de reflexión", donde han decidido que él sea el aspirante. Ayer afirmaba que no se siente "el candidato de Gutiérrez, porque CCOO no es una monarquía hereditaria", pese a que el actual líder ha sido su principal valedor.

Su tarea ahora será componer "una dirección colectiva, con pesos pesados y la participación de gente muy representativa". Si finalmente Toxo decide no ser su oponente, contará con él para "la responsabilidad que elija y en la que se sienta más cómodo", bien sea seguir al frente del metal o entrar a formar parte de la dirección confederal.

Estrategia futura

La estrategia de política sindical que aplicará Fidalgo si es elegido en el congreso de abril supone una línea de continuidad con la seguida por el sindicato en los últimos seis años. Entre otras razones porque es uno de los principales autores y el ideólogo en el cambio desde un modelo en el que primaba el enfrentamiento con el Gobierno y en las empresas a otro cuyo primer mandamiento es el diálogo.En la unidad de acción con UGT tampoco se vislumbran giros bruscos, ni que se camine hacia la unidad orgánica. "La unidad", afirmó ayer, "no significa que nos convirtamos en un sindicato. Somos dos centrales y puede haber decisiones que no compartamos, pero la estrategia de unidad es básica para la defensa de los trabajadores y para reafirmar la autonomía respecto a los partidos".

El candidato, desde su experiencia como médico traumatólogo, parece dispuesto a recomponer el consenso roto para su designación, aunque asegura que "posiblemente tenga menos heridas que suturar de lo que algunos dicen". También niega que se haya producido "una rebelión de las bases" y que haya habido "imposiciones".

Pese a esas afirmaciones, su elección ha salido tras un arduo debate en el que importantes organizaciones han mostrado su desacuerdo con el candidato propuesto por Gutiérrez. Se trata de los dirigentes de las federaciones y uniones más fuertes, entre ellas química, administración pública, transportes, metal, Cataluña, hostelería y banca, que ahora están a la espera de la decisión personal que tome Toxo. Después harán una reflexión colectiva para ver qué estrategia llevan al congreso de abril.

Al margen de cuál sea su resolución, no se consideran derrotados y aseguran que "esta catarsis ha tenido sus frutos", y es que se abra el debate sobre lo que fue el hilo conductor de sus intervenciones en las reuniones del viernes y miércoles pasados. Ellos creen necesario que se diseñen "nuevas formas de gobernar el sindicato, con un modelo de trabajo más colectivo y dar salidas a la confrontación sistémica con el sector crítico". Reclaman "un ajuste algo más que fino" en la tarea de "pulir los mecanismos de dirección y dotarnos de mecanismos para que participen en las decisiones las organizaciones sectoriales y territoriales".

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