Zaplana defiende a Tarancón y atribuye el polémico concierto del María de Icíar a "la inercia burocrática"

El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, salió ayer al paso del malestar que ha provocado en el seno del gabinete el polémico concierto educativo con el María de Icíar, que adeuda más de 83 millones a la Seguridad Social desde 1995 hasta la fecha. Zaplana respaldó la política realizada por Manuel Tarancón: "Amparo la actuación de todo mi Gobierno". Y acto seguido se preguntó irónicamente: "¿A quién le cabe en la cabeza que yo pueda plantear la continuidad de un consejero al que acabo de nombrar?". Zaplana atribuyó el hecho de que el consejero de Educación, Manuel Tarancón, otorgara una subvención de 64 millones para este primer cuatrimestre del curso a una empresa a la que el Ministerio de Trabajo investiga desde hace cuatro años, a "la inercia administrativa de muchos años" y se alineó con la explicación oficial de su consejero, que ayer mismo desde Alicante, culpó a su predecesor en el Gobierno, el PSPV, de este error administrativo. "Nunca en la institución [por la consejería] se había solicitado documentación que acreditara estar al corriente en las obligaciones tributarias de la Seguridad Social de los centros que solicitaban concierto con la Administración", sentenció Tarancón, para afirmar que su equipo "ha heredado esta situación de los gobiernos socialistas", lo que "en absoluto justifica que continuemos haciendo las cosas así". En esa dirección, Tarancón reiteró la medida que ya había tomado su Dirección General de Centros, el pasado 23 de septiembre, al conocerse la orden de embargo de Trabajo, e insistió en que ha tomado la medida "precautoria" de solicitar la documentación tributaria a todos los centros que ya ha concertado para los próximos dos cursos y anunció que "no se librarán las subvenciones" hasta que justifiquen que están al corriente de sus pagos. Por su parte el PSPV, mudo sobre la política de conciertos educativos realizada por el Consell de tan ocupado como está en sus batallas internas, rompió ayer su silencio y exigió a Zaplana, por boca de Baltasar Vives, que "corrija el sectarismo con que actúa el consejero de Educación, planteándose su dimisión".