"Hay que sacar a ETB del mercadeo político porque nos jugamos su existencia"
A punto de cumplir 100 días al frente de la radiotelevisión pública vasca, su director general, Andoni Ortuzar, mantiene su palabra de entregar el plan estratégico del Ente para finales de año y detalla algunos de los retos que el medio tendrá que superar si quiere subsistir. La digitalización es el más importante, y el más caro, de ellos: 4.000 de los 7.200 millones de inversiones que se precisan se dedicarán a este asunto. Es un cambio tecnológico inexcusable: "En el 2008 o emitimos en digital o no emitimos". Ortuzar ha empezado por llenar el organigrama y dar a la radio un reconocimiento que cree necesitaba frente al "excesivo peso de ETB". Sobre su antecesor, Iñaki Zarraoa, sostiene que tuvo el mérico de haber funcionado "con una economía de guerra" y que le ha dejado una herencia razonablemente gestionada para la escasez de medios en que se movió. Ahora cree que ETB, como todas las televisiones públicas, está a la búsqueda de su lugar en la revolución que viene y necesita para ello reposo y tranquilidad. "Además de no someterla al mercadeo político del país", precisa. Pregunta. ¿Cree posible sustraerla a ese "mercadeo"? Respuesta. Tendrá que serlo, porque no nos estamos jugando quién se lleva el gato al agua orientándola hacia uno u otro lado, sino la propia existencia de la radio y la televisión públicas vascas. Sabemos que viene una revolución, que se producirá en los próximos seis años, pero aún no conocemos su alcance. Ante eso hay que hacer una apuesta atemporal y apolítica, en ese sentido de no meter a los medios públicos en el rifirrafe político. P. ¿Tiene usted convencido, para empezar, a su partido? R. Tengo varias razones incontestables por las que hay que ir a la nueva situación. Una es la necesidad de colocar al euskera en todos los soportes comunicativos; la otra es que lo que pasa en este país se cuente desde aquí y desde la asepsia pública. P. ¿Cree de verdad que existe esa asepsia? R. Sin duda hay más, y también más control, en los medios públicos que en los privados. Yo vengo de la profesión periodística y pasaríamos con buena nota un cruce analítico sobre el tratamiento a la información con cualquier otro medio. P. Sin embargo, la primera petición que le han hecho para que comparezca en el Parlamento es para que responda por el tratamiento informativo dado por ETB al último traslado de presos etarras. R. Cierto. Y aún me pregunto por qué ha hecho esa petición el Partido Popular. He visto esa información una vez y otra, con óptica de director y de periodista, y me parece impecable. P. ¿No hay mucho Pacto de Lizarra en los informativos? R. Hay mucho Pacto de Lizarra en todos los medios. Y una cierta inconsecuencia, porque los que lo critican también se pasan el día hablando de Lizarra, aunque sea en contra, y quieren que eso salga en la tele. Hay mucho Lizarra y también una inflación de información política en general. P. ¿Qué han hecho ustedes en estos 100 días? R. Además del equipo, una reflexión, primero interna que, a falta de más contrastes tanto dentro como fuera de la casa, nos da un diagnóstico fundamental: para sobrevivir como medio de comunicación tenemos que ir a los nuevos soportes, acertar con la tecnología que elijamos, buscar una nueva forma de producir y tener una financiación suficiente con un modelo estable. Este diagnóstico lo he trasladado a todos los partidos y a grupos sociales, porque no queremos hacer un plan teórico perfecto, pero sí que tenga engarce con lo que piensen los partidos o el propio Gobierno. P. Por cierto, ¿qué lectura hay que hacer del traslado a EITB de personas clave en el equipo del anterior lehendakari? R. Planteado así, ninguna. Hay una sucesión de casualidades y mi necesidad de sentirme respaldado y en confianza. Con quien mejor se hace eso es con quienes han trabajado ya contigo y si encima se trata de personas que conocen el medio, mejor que mejor. P. ¿Cómo corresponderá al gesto de los grupos parlamentarios de la oposición, que tuvieron un detalle no votando en su contra el día de su elección?. R. Creo que correspondo todos los días, trabajando con seriedad y haciendo las cosas bien. Algunos miembros del Consejo de Administración me han confesado que conmigo han entrado por primera vez en el despacho del director general. P. ¿Seguirá durmiendo el sueño de los justos el famoso contrato-programa? R. No somos nosotros quienes no lo queremos, pero es cierto que es un asunto complejo. En todo caso, depende más del Gobierno que de nosotros, que estaríamos encantados, porque nos daría esa estabilidad que precisamos. P. ¿Qué le pidió EH, que tanto se resistió a darle sus votos?. R. El asunto se mezcló con la situación política general del momento, pero lo cierto es que el acuerdo sobre mí lo cerramos en dos reuniones muy cortas. P. ¿Pidieron poner o quitar personas?. R. En ese asunto les dije muy claro que estaban a tiempo de votarme o no, pero que no iba a transigir y hacer de la tele una especie de ONU, porque hacía falta un equipo coherente. Hice el que me propuse. P. ¿Cree que en el mundo de las comunicaciones que viene va a quedar sitio para los pequeños como ETB? R. Las cosas hay que pelearlas y para eso es imprescidible entrar al desafío tecnológico y colocarse en todos los soportes nuevos, vengan los que vengan. No hay términos medios en esto, no puede ser una apuesta al 50%. Debemos meternos en todas las operaciones, en todos los nuevos canales. Lo contrario significa languidecer y, en último término, echar la persiana. P. La digitalización de las redacciones permite que una persona, desde un ordenador, edite, acceda a la imagen, ponga la voz. Se puede hacer el mismo trabajo en la mitad de tiempo. ¿Mantendrá usted la previsión de aumento de 50 puestos de trabajo del anterior equipo? R. A eso le tenemos que dar una vuelta todavía. No vamos a hacer una ampliación como se entiende convencionalmente. Toda Europa achica estructuras y está mal visto crecer en el sector público. Lo que haremos será racionalizar y donde haga falta más personal lo habrá. P. ¿Qué cambiará en la relación con el sector audiovisual? R. Nos necesitamos, pero no podemos ser su único cliente ni ellos el lugar donde traslademos nuestra penuria económica Tenemos que ser capaces, juntos, de colocar producto fuera. Sé que sobrevivirá, porque, como nosotros, las productoras privadas han sabido vivir en una economía de guerra. Las instituciones y el capital privado tienen que hacer una apuesta por esa industria, por ese negocio, y deben apoyarla como a la máquina herramienta o la aeronáutica.
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