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La farmacéutica de Olot ejercerá la acusación contra sus secuestradores

Maria Àngels Feliu, la farmacéutica de Olot que estuvo 492 días secuestrada por una banda de delincuentes comunes, compareció ayer como acusación particular en la causa abierta por su secuestro para evitar que en la fase de instrucción o durante el juicio puedan vulnerarse sus derechos como víctima. Su abogado, Carles Monguilod, quiso dejar bien sentado que la decisión de Feliu, largamente meditada, no tenía como objetivo influir en la mayor o menor dureza de la acusación dirigida hacia sus presuntos secuestradores, sino proveerse de mayor armamento legal para evitar especulaciones sin fundamento sobre su persona. Además el letrado añadió que también pretende evitar determinadas pruebas que podrían convertirse en un trago desagradable para quien soportó un secuestro de 492 días. Monguilod admitió que Maria Àngels Feliu pretende eludir no solo un careo con los acusados sino también una probable reconstrucción de los hechos, situaciones que la obligarían a revivir los peores momentos de su cautiverio. Según su abogado, Maria Àngels Feliu ha decidido abandonar su papel pasivo en la causa, en la que hasta el momento figuraba únicamente como parte perjudicada, teniendo muy presente las especulaciones que salpicaron su honorabilidad en algunos programas televisivos. En estos espacios se llegó incluso a dudar de la veracidad del secuestro de la farmacéutica y se defendió, por parte de algunos contertulios, la tesis del autosecuestro. Extender la acusación "Todos estos hechos han hecho reflexionar a Maria Àngels Feliu y la han llevado a decidirse a ejercer la acusación particular para tener más apoyo y una presencia activa en el sumario", explicó el letrado que ayer compareció ante los medios de comunicación. "Nos limitaremos a pedir las penas y las indemnizaciones que correspondan atendiendo a la estricta legalidad", precisó el abogado y aseguró que todavía no está claro contra quién se dirigirá la acusación. No obstante, avanzó que es poco probable que entre ellos se encuentren Joan Casals y Xavier Bassa, primeros procesados por el secuestro, puesto que su acusación se sustenta tan solo en el testimonio de Alfredo Evangelista, responsable de algunas de las teorías peregrinas a las que debió enfrentarse la farmacéutica tras su liberación. El letrado de la acusación particular no descartó que pudiera acusarse a otras personas a través de la figura legal del encubrimiento por omisión negligente, teniendo en cuenta que la pista que desencalló el caso y permitió efectuar las últimas detenciones era conocida por un buen número de personas, según se desprende de las investigaciones que figuran en el sumario.

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