El Mallorca recupera la sonrisa
El equipo de Fernando Vázquez decide la eliminatoria en su visita a Olomuc
El Mallorca se enfrentó al Sigma Olomuc, checo, en su debut en la Copa de la UEFA con el recuerdo del Molde, noruego, golpeándole los oídos. Todavía duele la eliminación de la Liga de Campeones, y de esa gran decepción tomó buena nota el equipo que dirige Fernando Vázquez. La consigna era clara: marcar como mínimo un gol y obtener el mejor resultado posible para no sufrir sorpresas desagradables en Son Moix. Lo consiguió, porque el 1-3 debe ser suficiente para pasar a la segunda ronda sin grandes agobios.Con Vázquez en el banquillo, el equipo balear ha recuperado la sonrisa, pero no todas sus constantes vitales de la época de Cúper. Hay algo que no encaja, y quizá tenga que ver con la baja forma de algún futbolista, la indolencia de otro o el desgraciado episodio del rocambolesco fichaje del técnico argentino Mario Gómez. Ni los goles provocan los estallidos de alegría de antaño. Engonga marcó y ni siquiera levantó los brazos. Era el 0-1, la conquista del primer objetivo ante el Sigma, pero nadie se rasgó las vestiduras.
SIGMA OLOMUC 1 MALLORCA 3
Sigma Olomuc: Havel, Kovar, Machala, Kotülek, Kovac; Rosehnal (Kobylik, m. 20), Nekas, Krohmer, Urnake (Kucera, m. 74); Fabus (Mucha, m. 81) y Vicek.Real Mallorca: Burgos; Olaizola, Nadal, Siviero, M. Soler, Lauren (Serrizuela, m. 35), Engonga, Ibagaza, Stankovic (Carreras, m. 83), Tristán (Armando, m. 74) y Carlos. Goles: 0-1. M. 12: Engonga, situado en la entrada del área, engatilla con su pierna derecha un balón rebotado que se cuela en la portería checa tras rebotar en un defensa. 0-2. M. 52: Diego Tristán remacha en el segundo palo un pase de Miquel Soler. 1-2. M. 62, Kobylik, de cabeza. 1-3. M. 75: Stankovic, de falta directa. Árbitro: Sundel (Suecia). Amonestó a Vicek, Machala e Ibagaza. Eliminatoria de la Copa de la UEFA. Ansel Stadium, unos 10.000 espectadores.
Los checos mostraron cosas interesantes en la primera mitad, pero adolecieron de una falta de puntería alarmante. Ocupan la penúltima posición en la Liga y no tuvieron que pasar muchos minutos para que la superioridad técnica mallorquinista resultara evidente. El Sigma practica el fútbol clásico de los países del este de Europa, donde predominan el esfuerzo físico y la disciplina a ultranza. Nadie se mueve de su sitio si no es por causa mayor, y eso les hace temible con el marcador a favor.
El Mallorca supo navegar con el gol de Engonga y, aunque perdió a Lauren (lesionado en el minuto 35), mantuvo el control del partido, al menos hasta la reanudación. Porque entonces empezó otro partido. Los checos se volcaron en la portería del Mono Burgos y llevaron a muy mal traer al equipo de Vázquez. El ímpetu checo duró exactamente siete minutos. Entonces apareció como una exhalación por la banda izquierda el veterano Miquel Soler para colocarle el gol en bandeja a Diego Tristán.
El Mallorca pasó del infierno a la gloria en menos que canta un gallo y ya sólo se trataba de gobernar con tranquilidad un partido totalmente definido. Así lo hizo durante los dos últimos años y los jugadores tienen la lección aprendida. Con Vázquez en el banquillo el Mallorca no conoce la derrota, ha marcado seis goles en dos partidos y Burgos sólo ha encajado uno. Es probable que los fantasmas desatados tras la eliminación de la Liga de Campeones y las dos derrotas seguidas frente al Madrid y el Rayo empiecen a ser sólo un mal recuerdo. El gol de Kobylik no desestabilizó a los rojillos, que sentenciaron como antes, con un gol de lanzamiento directo de Stankovic. Fue un auténtico golazo y el anuncio de la recuperación anímica de un equipo que puede dar mucha guerra en su debut en la UEFA.
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