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Yeltsin vuelca su poderío militar en Daguestán contra la invasión islamista

Aviones, helicópteros, tanques, artillería y miles de soldados. Rusia está poniendo en juego todo el potencial de sus fuerzas armadas para liquidar a los guerrilleros que, procedentes de la vecina y rebelde Chechenia, invadieron Daguestán el pasado domingo para establecer en esta región del Cáucaso Norte una república islámica. Ayer, Yeltsin presidió una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad ruso y prometió una acción "rápida y dura" para poner fin al mayor desafío a la integridad de su país desde la humillante derrota sufrida en Chechenia entre diciembre de 1994 y agosto de 1996.

Para Yeltsin, los milicianos de Shamil Basáyev y del jordano Amir Jattab, que supuestamente dirigen la invasión, no pueden ser calificados de militantes islámicos, sino que son "bandidos, degenerados y asesinos que luchan contra su propio pueblo". El propio Basáyev hizo pública ayer una declaración en Grozni, la capital chechena, en la que explicaba que el objetivo de la operación es dificultar la operación de exterminio que las fuerzas rusas estaban desarrollando contra diversas aldeas pobladas por wahabíes (puristas islámicos) de Daguestán.

Esta acción, emprendida tras la expulsión el pasado agosto de una primera incursión guerrillera, es considerada por algunos analistas como un error sin paliativos del liderazgo ruso, ya que no supone luchar contra una fuerza invasora sino contra daguestanos que defienden sus hogares. Eso puede enajenar el mayoritario rechazo popular a la amenaza que llega de Chechenia y dar al conflicto un perfil más definido de guerra civil.

Precedente en Chechenia

Pese a la intención declarada de Yeltsin de machacar a los atacantes, que ayer reafirmó el primer ministro, Vladimir Putin, no será fácil alcanzar ese objetivo, y menos de forma rápida. La guerra de Chechenia ya demostró que David puede vencer a Goliat en el Cáucaso, sobre todo si Goliat es el torpe, tambaleante y poco motivado ejército ruso. De hecho, no más de 2.000 guerrilleros (probablemente la mitad) siguen manteniendo en jaque a las fuerzas federales y amenazan con tomar varias localidades, además de las cinco o seis que controlan desde el domingo. No se descarta una ofensiva sobre la capital daguestana, Majachkalá, y contra Jasaviurt.

Yeltsin vertió ayer toda su furia contra los generales "descuidados" que no supieron evitar el sábado el atentado con coche bomba de Buinaksk (al menos 64 muertos) y la pérdida de todo un distrito de Daguestán.

Putin, por su parte, aseguró que Rusia puede necesitar mucho tiempo para resolver los problemas socioeconómicos de Daguestán, pero que "no puede permitirse" emplear demasiado en eliminar a los bandidos

. Todo un indicio de que la lucha en Daguestán se intensificará en los próximos días.

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