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El líder de CiU dice que dará un "envite fuerte" al Gobierno en su nuevo mandato

La próxima legislatura autonómica será fundamental, la definitiva para resolver el encaje de Cataluña en España. Con esa idea, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, planteará, en caso de revalidar una mayoría suficiente en las elecciones de otoño, una negociación global, un "envite fuerte", con el Gobierno central para cambiar "la naturaleza de las cosas", según sus propias palabras. Cataluña ha de tener un trato diferente y para conseguirlo hay que terminar, dijo ayer Pujol, con "la actitud condescendiente, la ambigüedad y el pactismo extremo" que Convergència i Unió (CiU) ha mantenido con los Ejecutivos de Madrid. Al hilo de sus ya conocidas reivindicaciones para la próxima legislatura -nuevo pacto fiscal y mayor techo competencial-, el presidente del Gobierno catalán aprovechó el discurso de clausura de la escuela de verano que la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC), la rama juvenil de Convergència, ha celebrado este fin de semana en Planoles (Girona) para ir mucho más allá en sus anhelos y exigencias soberanistas. Ha terminado el periodo de las negociaciones puntuales, del constante tira y afloja para alcanzar mayores cotas de autogobierno o de los regateos para incrementar el presupuesto financiero. Ha llegado la hora, manifestó Pujol, de plantear una negociación global para resolver "el problema histórico" de Cataluña con España. El presidente catalán utilizó un símil del juego del mus para definir sus planteamientos futuros, hacer un "órdago", aunque posteriormente matizó que se refería a realizar una "apuesta arriesgada" o un "envite fuerte". Un trato diferente El objetivo de Pujol es claro: romper el techo que se quiere imponer a Cataluña tanto desde el Gobierno central como desde las formaciones de ámbito estatal, como el PP o el PSOE, a las que acusó de banalizar la autonomía intentando retornar algunas competencias a Madrid. Pujol utilizó la última polémica sobre las selecciones deportivas catalanas para definir la actitud que Madrid mantiene con Cataluña queriéndola asimilar al resto de las autonomías. "Necesitamos un trato diferente y tenemos que reventar el techo que nos quieren imponer", añadió. El techo al que aspira Pujol es que la Generalitat tenga la última decisión y sea Administración única en algunas competencias. La conquista de este objetivo tan solo se hará realidad si CiU consigue una mayoría suficiente tras las elecciones autonómicas de otoño, que el presidente catalán ha fijado en repetidas ocasiones en 63 o 64 diputados. El líder de CDC lanzó un serio aviso al PP y el PSOE por si alguna vez necesitan el apoyo de los nacionalistas catalanes para gobernar en Madrid. "Algunas veces hemos sido demasiado condescendientes, hemos aceptado la ambigüedad y hemos llevado en ocasiones el pactismo al extremo. Pero todo esto se ha terminado", dijo Pujol, porque, en su opinión, estas dos formaciones políticas nunca han demostrado la misma "lealtad" que les ha brindado CiU.

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