Dos presos huyen de Alicante tras forzar los barrotes y descolgarse con sábanas
El sistema fue artesanal y casi de película, pero práctico. Dos presos de nacionalidad francesa se fugaron la madrugada de ayer de la cárcel de Fontcalent (Alicante) tras romper los barrotes de la celda que compartían, saltar por el tejado y escalar los muros de la prisión con cuerdas elaboradas con sábanas, según han informado fuentes penitenciarias. Los evadidos estaban en prisión preventiva y a la espera de ser extraditados a su país de origen por delitos relacionados con el narcotráfico.
Los dos reclusos fugados fueron vistos por última vez por un funcionario de guardia en la celda que compartían, en el módulo número uno, sobre las 5 de la madrugada de ayer. No obstante, la Guardia Civil no descubrió el hecho hasta las 6.45, cuando un agente vio una sábana anudada colgando por la parte exterior del recinto.Según fuentes penitenciarias, los fugitivos son Jean Françoise Paul P., de 27 años, que estaba en prisión desde el pasado 15 de junio, y su compatriota Patrice A., de 45, recluido en el mismo penal desde el 17 de marzo. Ambos estaban pendientes de una extradición solicitada por Francia, aunque uno de ellos también tiene una causa abierta en Alicante, que es por la que estaba preso.
Los evadidos utilizaron un método simple, pero arriesgado, para llevar a cabo con éxito la fuga. Los presos rompieron primero los barrotes de la celda (forzando las rejas con los hierros de las patas de sus camas). A continuación, escalaron con cuerdas elaboradas a base de sábanas hasta el tejado de la jefatura central de la prisión. Después, suspendidos, con la ayuda de las sábanas, del cableado de la luz y telefóno, llegaron hasta el tejado de la garita de la Guardia Civil. Desde este punto, e igualmente a través del cableado, alcanzaron el patio común de los funcionarios de la cárcel. Una vez en esta zona, sólo estaban a unos metros de la valla exterior de la cárcel, de unos 5 metros de altura. Tras lograr salvar este último obstáculo, los internos estaban ya fuera del recinto penitenciario.
Los dos fugados culminaron con éxito la evasión sin que en ningún momento saltaran las alarmas, que estaban activadas. "No tocaron el suelo", señalaron fuentes de Interior, ya que de haberlo hecho, habrían activado involuntariamente los sensores volumétricos.
La evasión no fue fruto de la improvisación, sino que respondió a un plan muy elaborado, ya que los internos contaban con los elementos imprescindibles para acometer la fuga: guantes, botas y mochilas.
Las fuerzas de seguridad del Estado establecieron un dispositivo en los alrededores de la cárcel de Fontcalent, así como controles en los accesos a la capital alicantina, en un intento de detener a los fugados. Anoche, no había rastro de ellos.
Ambos ciudadanos franceses fueron detenidos en su día por la policía al pesar sobre ellos una orden de búsqueda y captura dictada por la Interpol. Los presos estaban en el módulo uno de la prisión, que acoge a los internos primarios, preventivos, protegidos y pendientes de extradición. La cárcel de Fontcalent cuenta con menos de 1.000 internos y una plantilla de 430 funcionarios.
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