Junta y PSOE reaccionan con indignación contra Arenas por relacionarlos financieramente con Gil

"Es un bulo producto de un político que practica el trapicheo". Con estas palabras calificó ayer el presidente de la Junta, Manuel Chaves, a Javier Arenas, secretario general del PP, y sus declaraciones sobre la existencia de relaciones financieras y de un pacto urbanístico de los socialistas con el polémico alcalde de Marbella, Jesús Gil. La entrevista a Arenas, publicada ayer por este periódico, levantó la indignación de responsables del Gobierno andaluz y del PSOE. "Son falsedades propias del personaje, que es el político más tramposo de España y posiblemente de Europa", dijo un consejero.

Arenas acusaba a los socialistas de tener un pacto con Gil "sobre el plan urbanístico de Marbella" e incluso advertía de que "muy pronto se van a conocer aspectos de las relaciones financieras de Gil con el PSOE", sin concretar más. Portavoces del PSOE y de la Junta negaron estas acusaciones de Arenas, esgrimieron su batería legal contra el gilismo y recordaron que el único partido que ha pactado con Gil ha sido el PP en la Diputación de Málaga y en la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol. "Las palabras de Arenas tienen cada vez menos credibilidad, porque es un personaje que no se caracteriza por que las cosas que dice tengan detrás ninguna verdad", dijo ayer Luis Pizarro, secretario de Organización del PSOE de Andalucía, quien calificó así las palabras de Arenas: "Es una falsedad clara; los andaluces y los malagueños en particular saben que el PP que presidía Arenas es el único que ha pactado con Gil. Y saben que cuando Carlos Sanjuán era secretario general del PSOE de Andalucía, Arenas y su partido rechazaron un acuerdo para impedir gobernar al GIL". Pizarro calificó de "infamia" que Arenas afirme que Gil y la Junta tengan un pacto sobre el PGOU de Marbella. "Está acostumbrado a mentir y prueba de ello es que lo que ha hecho la Junta es paralizar el PGOU de Marbella y obligar a que se cumpla la ley", afirmó. En esta línea, un portavoz del Gobierno andaluz calificó de "cortina de humo" las declaraciones de Arenas, al que le recordó: "Él es el único que ha pactado con Gil la presidencia de la Diputación de Málaga y el apoyo popular en la Mancomunidad de la Costa del Sol". En la entrevista, Arenas reconoce por vez primera haberse reunido con Gil en 1995. Hasta ahora, sólo su compañero de partido y entonces portavoz del PP en el Parlamento andaluz, Manuel Atencia, había admitido haber cenado con Gil en su casa de Marbella, como en su día contó el hijo del propio Jesús Gil. La directora general de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Junta, Josefina Cruz, negó de forma tajante que la Junta haya cerrado un pacto para aprobar el PGOU de Marbella: "La Comisión Provincial suspendió la revisión del plan, luego difícilmente podemos haber pactado". "La decisión firme de la Junta con respecto al PGOU de Marbella se ha ido confirmando en todos los actos", agregó Cruz, quien se remitió a los hechos, uno de los últimos, la confirmación en noviembre, por parte de la Consejería de Obras Públicas, de la paralización del PGOU después de que Gil la recurriese. También se mostró muy indignada la portavoz socialista de Marbella, Isabel García Marcos, quien recordó al PP que su ex presidente en la localidad, Carlos Gutiérrez de Ravé, dimitió después de que la ejecutiva provincial popular tomase cartas en el asunto por estar demasiado cerca del alcalde, informa Ana L. Escudero. García Marcos hizo un recuento de su lucha legal contra el GIL. El grupo socialista marbellí ha presentado desde 1991 una docena de querellas contra el alcalde y su equipo de gobierno, la mitad por presuntos delitos urbanísticos; ha interpuesto unos 35 recursos ante el Tribunal Superior de Justicia Andaluz contra resoluciones de Gil que, entienden, atentan contra el funcionamiento democrático y otras 40 por su gestión económica y urbanística. Mientras, Jesús Gil anunció ayer el envío a Chaves de una lista de las "prohibiciones" de la Junta a proyectos del GIL, para "justificar el trato desigual" que se da a Marbella. El alcalde, que tras el 13-J anunció su intención de reunirse con Chaves, ha cambiado de opinión: "No me apetece", dijo ayer.