Joane abre la puerta del Giro

Joane Somarriba será hoy (tras una última etapa de trámite) la primera española que gana el Giro femenino, todo un éxito personal si se tiene en cuenta que no se puede hablar de ciclismo profesional femenino en España: no hay equipos, ni estructura, ni casi corredoras. Somarriba ha sido una excepción, una luchadora en solitario, que ha sabido ganarse un puesto en el pelotón internacional. Y lo habrá hecho con un dominio aplastante, prueba de la fortaleza del carácter de esta joven ortodoncista de Gernika de 25 años que ha sabido superar todos los obstáculos que parecían querer acabar con su carrera deportiva. Primero, una dolencia que la llevó al quirófano y la tuvo dos años en la inactividad; luego, la necesidad de tener que emigrar a Italia para poder competir profesionalmente.En noviembre pasado Somarriba se planteó la retirada, a la vista de que no pasaba de ser gregaria de Fabiana Luperini, la gran estrella del actual ciclismo femenino italiano. Joane había trabajado para ella durante dos años, periodo en el que logró un sexto puesto en el Giro, a costa de tener que vivir en Italia y carecer de oportunidades para poder expresarse libremente en la carretera. Había decidido volver a casa cuando se encontró con una oferta de otro equipo italiano, el Alfa Lum, curiosamente la misma casa comercial que financió la aventura italiana de Marino Lejarreta. Somarriba puso sus condiciones: vivir en España, viajar a Italia sólo para correr y la oportunidad de luchar por el Giro de Italia como líder del equipo. El Alfa Lum aceptó el reto y la contrató por cuatro millones al año. Somarriba no está sola en el Giro. La acompaña su novio, el ciclista Ramontxu González Arrieta, hombre que compartió en su momento tareas de gregario en el Banesto de Induráin y ahora trabaja para el Euskaltel.

Somarriba dio el golpe de gracia el viernes en la primera cronoescalada, sobre 18 kilómetros. Ya era líder de la prueba, tras haber conseguido una buena ventaja en una de las jornadas montañosas, pero necesitaba el refrendo de una etapa sin antecedentes en el Giro: no se había celebrado hasta entonces una cronoescalada. Somarriba se adjudicó la etapa con 55 segundos sobre Veronesi.