Un repecho duro
Lo que da de sí una cuestecita. A uno, Abraham Olano, el repecho que endurecía el prólogo del Puy du Fou le supuso un empacho; a otro, Alex Zülle, le cambió la cabeza; y a un tercero, Lance Armstrong, casi le cambia la vida. Los tres primeros del prólogo son, curiosamente, tres aspirantes al triunfo final. El tercero, Olano, que llegó a la cuesta con el mejor tiempo: "Uff, un repecho duro. Me ha faltado un puntito para pasarlo mejor, pero bien, bien, no ha estado mal. Sí, salí muy rápido porque había que salir a tope y, sí, me asfixié un poco en el repecho". Su director, Manolo Saiz, no estaba descontento: "Para subir como lo ha hecho hay que estar bien".
El segundo, Zülle, no llegaba muy bien al pie de la cuesta, pero de la cima salió casi el primero: "Aún me falta ritmo, pero estoy muy contento". Seis años después, y en el mismo sitio. Entonces, en 1993, segundo tras Induráin en el prólogo de Puy du Fou. Ayer, segundo tras Armstrong. "Es una especie de victoria", dice su director, José Miguel Echávarri. "Si sigue ahí es porque es bueno y tiene clase. Y moralmente le va a venir esto, saber que sigue por arriba, muy bien". Y su ex director, Saiz: "Lo decía cuando le tenía en el ONCE y lo sigo diciendo: Zülle está preparado para ganar el Tour".
Armstrong, el primero, el resucitado. Gana su tercera etapa en el Tour, se viste por primera vez de amarillo. Entre medias, entre las dos victorias y ayer, un cáncer de testículos. "Esto es un gran triunfo para toda la gente que tenga cáncer", dijo. "Para que vean lo que se puede conseguir. Más todavía: me siento también mejor persona después del cáncer".
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