Sabonis, la leyenda que asegura medalla
Lituania es el rival pero Arvydas Sabonis es en realidad el muro que tendrá que salvar España esta noche. En su país es una leyenda. Es allí lo que Michael Jordan fue en la NBA. Algo más que un grandioso jugador. "Los niños cuando nacen gritan Sabonis antes que mamá", exagera Rimas Kurtinaitis su excompañero y ahora ministro de deportes de su país. Con 2,20 metros, 132 kilos y 34 años, Sabonis es el jugador que le da a Lituania posibilidades de disputarle el oro a Yugoslavia. Su importancia se traduce en los resultados. Con él, Lituania siempre ha subido al podio. Sin él, quedó relegada al 7º puesto en el Mundial de 1998 y al 7º en el Europeo de 1997. Con las fuerzas exhaustas por su intensa temporada en la NBA con el Portland Trail Blazers y por sus achaques físicos, Sabonis, Sabas como se le conoce, desea clasificar a su país para los Juegos de Sydney y darle otra medalla antes de irse a pescar a Lituania y a cargar pilas, junto a su esposa y sus cuatro hijos, en la casa que posee en Torremolinos. Sabonis es el máximo anotador del Europeo (9,7 rebotes de media por partido), el séptimo mejor anotador (15 puntos de media) y, sobre todo, el catalizador del juego del equipo lituano. Ganó la medalla de plata en el Mundial de 1986, y todavía con la selección de la URSS, la de oro en los Juegos Olímpicos de 1988, con 20 puntos y 15 rebotes suyos en la final ante Yugoslavia. Su entrevista con el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, sirvió para acelerar el reconocimiento de la selección lituana. Ya con el equipo de su nuevo país logró la medalla de bronce en los Juegos de Barcelona en 1992, aunque no subió al podio para recogerla porque según extendidos rumores se lo impidió la resaca de la celebración. Desde 1989 y hasta 1995 estuvo en la liga española, en el Fórum Valladolid primero y en el Real Madrid después con el que ganó dos títulos, una Copa y una Euroliga.
Después de haber sido elegido en la primera ronda del draft de 1986 por Portland continuó jugando en Europa. Pero en 1995, después de haber sido atendido en varias ocasiones en Portland de los problemas crónicos que sufre en el tendón de Aquiles que se ha fracturado en dos ocasiones, llegó la hora de la NBA. "Es un desafío para mí. En Europa no me queda ya nada que demostrar. Sólo me queda Estados Unidos", dijo entonces. No defraudó en su primer año con los Blazers: fue elegido el mejor Rookie y el mejor Sexto Hombre del año. Esta temporada ha finalizado con 12,1 puntos y 7,9 rebotes de media por partido en la NBA y ha sido elegido el mejor jugador no estadounidense en la Liga.
Hace tres años, Sabonis salvó de la quiebra a su antiguo equipo, el Zalguiris de Kaunas. Hoy continúa poseyendo un 15% de las acciones del club, además de contar con una escuela privada de baloncesto en la que aprenden 400 jóvenes. En abril, el Zalguiris se proclamó campeón de la Euroliga después de derrotar en la final por 82-72 al Kinder de Bolonia. Ahora, la base de aquél equipo, junto a Sabas y Karnisovas, trata de redondear su triunfal temporada con un oro en el Europeo.
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