González cree innecesario el consenso para elegir al aspirante

"A mi amigo Luis Yáñez le quiero decir que en este partido ha habido pocos consensos y ni puta falta que hace". Esta aseveración del ex presidente del Gobierno Felipe González impulsó un torrente de intervenciones, aunque él no se enteró porque abandonó la sede socialista momentos antes de que entrara a discutirse el punto del orden del día sobre el candidato. Yáñez había hablado de consenso. Y también José Borrell, Txiki Benegas, Manuel de la Rocha, Matilde Fernández, Jaime Blanco, Carlos Navarrete y Juan Carlos Rodríguez Ibarra. La intervención del ex ministro de Economía Carlos Solchaga no tuvo buena acogida por los sectores de la minoría al considerar que tal consenso tampoco era imprescindible. Al exministro le pareció extraño que los más "patriotas" del partido puedan tener la tentación de no apoyar al candidato de la mayoría. Por último, Solchaga afirmó que el sistema de bicefalia, esto es, un candidato distinto del secretario general, no ha funcionado. Por eso, para los presentes no hay duda de que Solchaga apoya a Joaquín Almunia. El ambiente se calentó y se pasó de la distensión del análisis electoral a una vuelta a los problemas internos. La "metáfora" que Rodríguez Ibarra colocó en la sala dejó helados a muchos. El presidente extremeño se preguntó si no se podía aplicar a la situación actual lo que ocurrió hace muchos años cuando un vicepresidente (Luis Carrero Blanco) "fue volado", dicen que por el responsable de su seguridad, y luego éste fue el presidente del Gobierno (Carlos Arias Navarro). La interpretación fue que Almunia habría hecho lo posible por acabar con Borrell y ahora se iba a convertir en su sustituto. El secretario general adjunto del Grupo Socialista, Francisco Fernández Marugán, reprochó a Felipe González y a Solchaga que hubieran arrojado un jarro de agua fría al Comité Federal en el que se estaba hablando de la sociedad por haber introducido el debate de los problemas internos.

Un millón de votos del centro

Pero eso ocurrió en el último tramo del comité federal ya que antes el tono y los contenidos habían sido muy diferentes. Felipe González fue de los primeros en resaltar los buenos resultados electorales sobre todo porque se había establecido un clima de optimismo en el que era posible trabajar para ganar las elecciones. Durante horas todo fueron parabienes por los resultados electorales.

Para este objetivo el partido tiene que estar unido -Benegas luego llamó la atención sobre la contradicción en proclamar la unidad con lo innecesario del consenso para elegir al candidato-, movilizado y tiene que designar a un candidato capaz de conseguir "un millón de votos del centro" sin descuidar el objetivo de conseguir los votos de IU. "El candidato debe dar tranquilidad a los ciudadanos y tiene que ser elegido muy pronto, ya, en julio", aseguran que dijo González.