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TENIS Roland Garros

Medvedev, el finalista de escalafón más bajo

El ucranio, 100º del mundo, superó a Meligeni, y la lluvia obligó a suspender el Agassi-Hrbaty

El camino de Andréi Medvedev hacia la final del torneo de Roland Garros quedó marcado ayer con la llegada de su novia, la jugadora alemana Anke Huber. "Tal vez si ella no hubiera estado aquí", aseguró con mucha seriedad, "el de- senlace no habría sido el mismo". Medvedev, de 24 años, cerró el paso al brasileño Fernando Meligeni, de 28, al vencerle por 7-5, 3-6, 6-4, 7-6 (8-6) en 2 horas y 59 minutos. Su rival en la final de mañana saldrá del partido que deberán concluir hoy (a partir de las 12.00) el estadounidense Andre Agassi (13º cabeza de serie) y el eslovaco Dominik Hrbaty (30º mundial). Ayer la lluvia impidió su conclusión cuando Agassi vencía por 6-4, 7-6 (8-6), 3-6, 1-2, tras dos horas y cuatro minutos de juego."Estar en la final es cómo nacer por segunda vez", exclamó Medvedev tras su victoria de ayer. "He estado fuera del tenis competitivo durante varios meses, pero no es por accidente que ahora esté aquí. He cometido errores en los últimos cuatro años, pero los he pagado. Y ahora estoy ahí, es como un sueño del que espero despertar el domingo por la tarde". Medvedev, 100º mundial, se convierte en el tenista de peor ránking que alcanza la final de Roland Garros desde que el torneo se abrió a los profesionales, y es el décimo jugador no destacado como cabeza de serie que disputará el título. Gustavo Kuerten ganó el torneo en 1997 siendo el 66º mundial.

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La jornada fue gris en el cielo, pero brillante en la pista. Medvedev ni siquiera se inquietó cuando Meligeni, que en las postrimerías de su carrera profesional buscaba con pasión alcanzar la final, controló la primera manga por 4-0. Entonces, el ucranio buscó aspectos positivos de su carrera y pensó en ellos para liberarse de la tensión del momento. Con 5-4 para Meligeni, Medvedev levantó cinco bolas de set antes de salvar su servicio y acabar ganando la manga inicial. En la segunda, el ucranio precisó de asistencia médica, porque sentía vértigos y debilidad. En la tercera -que el brasileño llegó a dominar por 3-1- volvió a solicitar la presencia del fisioterapeuta: sentía calambres. En la cuarta y última, Meligeni volvió a disponer de un break (3-1) y en el desempate tuvo una bola de set.

Todo eso lo fue salvando Medvedev con espíritu de lucha y aparente tranquilidad. "Había dormido mal por la noche y estaba tan tenso que no sabía qué hacia", confesó. "Entonces le comenté a Anke (llegada ayer por la noche) lo que me estaba ocurriendo y ella me tranquilizó. Ella jugó la final de Australia (1996) y me explicó que lo que yo sentía era normal. Me dijo que mi rival estaría igual que yo en aquellos momentos. Y agregó que le había ganado dos veces y que podía volver a hacerlo. Fue una gran ayuda para mí. Tal vez sin ella no hubiera ganado".

Ésta es la primera vez que el ucranio alcanza una final del Grand Slam. Cuando más cerca estuvo fue en 1993. Entonces perdió frente a Sergi Bruguera en las semifinales de Roland Garros. Desde aquella fecha, no ha pasado de unos cuartos de final. Y en los últimos dos años, nunca superó unos octavos en los cuatro grandes torneos de la temporada.

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