LA PLISÉTSKAYA NUNCA HA SIDO MADRE

Maya Plisétskaya acaba de ganar un juicio en defensa de su honor para demostrar que ella no es la madre de Yulia Glagóvskaya, ciudadana de Israel que afirma ser hija de la famosa bailarina. Plisétskaya, según la novelesca historia, hace 23 años, al dar a luz, habría regalado a la recién nacida Yulia a Borís Glagovski, un pariente lejano por línea paterna y presunto agente del temido KGB soviético. Por cierto, los padres de la gran bailarina rusa fueron víctimas de los siniestros órganos de Seguridad comunistas: Mijaíl Plisetski, que era cónsul en Spitzberg, fue fusilado en 1937, y la madre, Rajil, fue deportada a Kazajstán. La hermana de ésta, Sulamif Messerer, que en su tiempo fue prima ballerina del Bolshói y que hoy, a sus 90 años, enseña en el Royal Ballet de Gran Bretaña, adoptó a Maya y la introdujo en el mundo del baile. Mucha agua ha corrido desde entonces, y su tía, según Maya, se ha convertido en enemiga, por lo que no es extraño que creyera y apoyara a Yulia. Por lo demás, la chica posee un extraodinario parecido con Maya y, como ésta, es zurda. Pero todo es mentira, según Plisétskaya, quien como pruebas de que no es madre de Yulia aportó documentos que demuestran que el día del nacimiento de ésta se encontraba de gira en Austria, que en el KGB no figura ningún agente de apellido Glagovski y, finalmente, un certificado médico en el que se afirma que nunca ha dado a luz.-