EL MANTO DE LA DISCORDIA

El cura de un pequeño pueblo de Zamora, Colinas de Trasmonte, José María Llamas, montó en cólera el domingo contra sus feligreses por culpa del nuevo manto confeccionado por el vecindario para la Virgen de los Dolores, que procesionó ese día. El párroco se ha opuesto de tal modo a que la imagen reciba la ofrenda de sus fieles que se ha enfrentado a casi todo el pueblo, pero no ha podido evitar que se consumara la decisión de la mayoría, aunque fuera un poco por sorpresa. Los hechos parece que ocurrieron así: mientras él y otros concelebrantes abrían la procesión de la Virgen a hombros de mujeres, varios jóvenes tomaron el relevo en las andas al tiempo que un manto de terciopelo negro con motivos bordados en oro cubría la figura virginal... Y se armó la marimorena. El cura paró la procesión, se volvió y, con un innegable enfado e irritación, forcejeó con los jóvenes, que permanecieron impasibles. Apeló inútilmente a la intervención de una pareja de la Guardia Civil, y finalmente optó por abandonar el cortejo, que siguió sin presencia religiosa. Fuentes vecinales aseguran también que, no contento con eso, el irascible sacerdote acabó pisoteando las flores que acompañaban a la Virgen una vez concluido el acto litúrgico y retirado el polémico manto. El enconamiento de las posturas ha llevado a la asociación cultural de Colinas a pedir por carta al obispo de la diócesis de Astorga, Camilo Lorenzo Iglesias, que medie en el conflicto del manto.- ,