Ingresa en prisión el joven toxicómano acusado de degollar a un taxista

Pasadas las tres y media de la madrugada de ayer, José Domingo R. R., El Ringo, de 24 años, el toxicómano detenido por el asesinato de un taxista en Sedaví, partió engrilletado en un Peugeot 306 de la Guardia Civil hacia el centro de Preventivos del penal de Picassent. El titular del juzgado de Instrucción número 3 de Paterna, Ignacio Wenceslao Muñoz, acababa de firmar el auto de ingreso en prisión. Aunque el detenido -que hace unos años pasó seis meses recluido en Picassent por robar- llegó al juzgado sobre las siete y media de la tarde, tuvo que aguardar más de cuatro horas. El tiempo que invirtieron el juez y la fiscal en estudiar las voluminosas diligencias del caso redactadas por la Policía Judicial. Las diligencias incluían el interrogario al que sometieron los agentes al detenido durante el fin de semana en el cuartel de Patraix, en el que negó su implicación, y la declaración de un vecino de Sedaví que bajó a pasear al perro y se topó con un sospechoso que se alejaba del taxi. Este testigo dijo en una rueda de reconocimento que el detenido era el mismo que vio huir el viernes. José Domingo empezó a declarar ante el juez sobre la medianoche y, durante dos horas, reiteró su inocencia. Tras dictar su ingreso en prisión, el juez se inhibió en favor del titular del juzgado de Instrucción número 1 de Catarroja, que se ha hecho cargo del caso y recibió ayer las diligencias. La Guardia Civil tiene una teoría sobre lo que pasó en el taxi de Antonio Castelló, de 52 años, el viernes a las 6.00: Al llegar al final del trayecto en la calle del Mig, el cliente le puso una navaja en el cuello al taxista para que le entregara su dinero. Castelló abrió la puerta y salió corriendo, pero la navaja estaba tan pegada a su garganta que al huir le seccionó la yugular. Asustado por la sangre, el agresor escapó sin tocar la recaudación, mientras el taxista volvió al vehículo para pedir ayuda por radio. Pero había perdido demasiada sangre.