Médicos Sin Fronteras muestra la vida en un campo de refugiados en Valencia
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF), especializada desde hace 27 años en la atención sanitaria de emergencia en caso de catástrofes naturales, hambrunas, epidemias y conflictos armados, abrió ayer en la céntrica plaza del Carmen, en Valencia, un campo de refugiados a escala reducida. Mostrar las dificultades logísticas para atender a miles de víctimas y describir la vida diaria de éstas lejos de sus casas son los métodos escogidos por la organización para acercar su trabajo a los valencianos solidarios.
"Vamos para atrás, como los cangrejos", se lamentó ayer Toni Civera, presidenta de la asociación en la Comunidad, que aporta 9.000 socios (el 10%) a MSF. Y lo justifico: "Si en 1993 había 17 millones de refugiados y desplazados, ahora suman más de 50 millones". Y aunque los medios de comunicación ofrecen multitud de imágenes de campos de refugiados en todo el mundo, es difícil que el espectador se haga una idea de cómo funciona uno. El de la plaza del Carmen "es un campo pequeño", explicó Miguel Ángel Pérez, presidente de MSF-España, "porque los hay del tamaño de la ciudad de Valencia". Campos inmensos donde se hacinan hasta 300.000 personas que lo han perdido todo. De ésas o de más modestas dimensiones crecen campos en cualquier parte del mundo y siempre de un día para otro. Bien sea en el corazón de África (como el de Benaco, en Tanzania), en el desierto argelino (Tindouf) o, como ahora, en los Balcanes, estos campos han de atender en tiempo récord las necesidades básicas de los refugiados o de los desplazados (éstos, para bien o en muchos casos para peor, no rebasan las fronteras de su país). Agua y comida es lo primero. También un techo para atender su descanso. Sin embargo, los guías que hasta el domingo muestran el campo, todos curtidos en varias misiones, mostrarán a los interesados cómo se atiende a niños desnutridos, qué hacer para combatir el cólera y hasta qué trucos sirven para garantizar la higiene mínima en las letrinas que han de utilizar miles de personas. El consejero de Presidencia, José Joaquín Ripoll, que inauguró la exposición, firmó un convenio que destina 140 millones a Cáritas y a Cruz Roja para ayudas en Kosovo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.