_
_
_
_

MARÍA GIMÉNEZ PREMIO NACIONAL DE DANZA "Para interpretar bien un papel has tenido que vivir la vida"

Con cuatro años el cuerpo ya le pidió bailar y a los 26, María Giménez (Madrid, 1971) conseguía el Premio Nacional de Danza 1998. Ha debutado con algunos de los grandes (Maya Plisetskaya, Roland Petit, Alicia Alonso y Víctor Ullate) y es una de las figuras de ballet clásico española. Esta bailarina, que reparte sus 48 kilos en 1,67 metros de altura, actúa hoy y mañana en el Teatro Arriaga, dentro de la gala Estrellas de la danza. Pregunta. ¿Le ha cambiado algo el premio y el saberse tan solicitada? Respuesta. Me ha dado publicidad, pero no me ha cambiado la vida. Únicamente que ahora en el barrio me conocen más. P. ¿Cuándo empezó a bailar? R. Con cuatro años en los pasillos de mi casa. Empecé con el baile español, pero a mí no me gustaba lo flamenco y con mi pinta [de suaves facciones y ojos claros] no podía. Además mi temperamento tiraba más por lo clásico. P. ¿A qué ha tenido que renunciar por el baile? R. Tenemos una carrera muy joven, ganamos dinero enseguida y dejamos la casa de nuestros padres muy pronto. Es verdad que los bailarines maduramos antes y, sin embargo, no quiere decir que estemos formados. Salimos con falta de formación y si tú no te inquietas te quedas ahí. P. ¿Ha sido una carrera meteórica? R. No he tenido nunca en la cabeza triunfar, sino ser feliz. Por eso nunca he subido rápido y he visto a gente que lo ha hecho y lo ha pasado muy mal. P. Ha bailado ya en varias compañías. ¿Por qué tanto cambio? R. Soy muy buena en lo que hago y todos los directores y coreógrafos con los que he trabajado querían que fuera sólo para ellos. P. ¿Con qué compañía está comprometida ahora? R. Con la de Roland Petit y antes estuve en la Ópera de Zurich. Su director, Heinz Spoerli, me llamó el verano pasado muy interesado para proponerme interpretar unas Giselles, pero no nos pusimos de acuerdo. Le dije que me enviara las fechas de las giras y no las recibí. Yo no descarto nada, pero de momento sigo con Petit, que ahora tiene compañía propia. P. ¿Y qué me dice acerca de su agria ruptura con Víctor Ullate? R. Han sido 10 años de amistad y trabajo. Él no ha entendido mi marcha y sigue sin hacerlo, lo considera como una traición. Pero le dejé porque cuando salí a bailar fuera de España el trato que me daban era de estrella, se me valoraba y cuando regresaba aquí era una más. P. Usted compaginó a Ullate con Petit. R. Roland Petit, entonces director del Ballet de Marsella, me llamó a finales de 1997 para ser primera bailarina, mientras estaba con Ullate. Le dije a Petit que no podía romper sin más un contrato; si eres legal lo eres siempre. Pero llegó un momento en el que me dí cuenta de que fuera te cuidan muchísimo y ensayas con una calidad de tiempo. El trato era increíble y la diferencia de dinero también. P. Y decidió romper con Víctor Ullate. R. Es difícil tener unos principios y triunfar; lo fácil es ganar sin tenerlos. Me dí cuenta que si seguía con Ullate creaba mal ambiente en la compañía. Los directores tendrían que ser generosos, dejarte salir para que tu arte se enriquezca de otras gentes y culturas. Porque para representar bien un papel tienes que vivir la vida. A mí me pasaba que cuando bailaba el Romeo y Julieta, Ullate me decía: "Tienes que darle emoción, fuerza", y yo no podía porque entonces aún no me había enamorado. P. ¿Quiere volver a establecerse en España? R. Sueño con ello. Y pienso que no muy tarde se darán las condiciones, porque ahora va surgiendo un público que pide tutús y ver el Cascanueces, El lago de cisnes o La Bella Durmiente; en definitiva, danza clásica, y esa gente ahora no tiene opción. P. ¿Quién debe fomentar la danza clásica? R. No hay tradición de ballet clásico en España. Tampoco existen ni escuela ni compañía nacionales dedicadas a esta modalidad. Y a pesar de ello salen bailarines extraordinarios, como Corella, José Carlos Martínez o Joaquín de Luz. Los políticos tendrían que darse cuenta de esto. Debería crearse una tercera compañía dedicada al ballet clásico, como ya existen las nacionales de Ballet Español y Danza Contemporánea.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_