Campos Venuti advierte que las ciudades españolas "no respiran"

Decano de los urbanistas italianos, diseñador del plan de ordenación de ciudades como Roma o Madrid, Giuseppe Campos Venuti, de 73 años, explica con vehemencia y claridad, apoyado en su larga experiencia, que las ciudades italianas y también las españolas adolecen de espacios "para respirar". Los Ayuntamientos construyen jardines sólo para uso público, pero no tienen presente la necesidad de contar con suelo permeable que recoja el agua, regule la temperatura y permita la regeneración natural. La falta de espacio verde, es, a juicio de este defensor del urbanismo ecológico y sostenible, un mal crucial que se une a la carencia, sobre todo en los países latinos, de empresarios que buscan el "beneficio" atendiendo también a los intereses sociales y no persiguen sólo las "rentas que tiene un sentido más parasitario y especulativo". Campos, que ayer participó en el ciclo sobre urbanismo que se desarrolla en la Fundación Bancaixa de Valencia, puso de ejemplo la regeneración de la cuenca del Rhur, una de las zonas más contaminadas de Europa que, en 15 años, "se ha transformado en un jardín, convirtiendo fábricas de acero en teatros y creando colinas con árboles de depósitos de carbón". Todo ello gracias a un acuerdo entre los industriales, los alcaldes -"de izquierdas", apuntó-, la iglesia y otros agentes sociales. De Valencia, destacó la vertebración del viejo cauce, pero principalmente la huerta que la circunda y la necesidad de preservarla, al tiempo que subrayó la importancia de un espacio verde que se ha salvado de "milagro" como la Albufera. "Disfrutar de los fenómenos naturales proporciona calidad de vida", certificó. Muy interesado por el transporte colectivo, lamentó que los italianos desprecien el tren y resaltó la gran tradición en los países del Norte por el metro, que constrasta con la experiencia de su país, donde se empezó a construir el primero en Milan en 1964. "En una ciudad, trasladarse es un derecho y hay que hacerlo de la manera menos contaminante y más práctica", y añadió: "las medidas disuasorias para disminuir el tráfico son absurdas si no se da una alternativa".