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Mundial sub 20 en Nigeria

España sigue soñando

El equipo de Sáez ganó en los penaltis después de que Ghana empatase con un rebote afortunado

Todo, absolutamente todo, lo había puesto España: la clase, el fútbol y el único gol del partido. Pero, por lo visto, también la mala suerte. Se disputaba el tiempo de descuento cuando el árbitro señaló un falta cerca del área española. El disparo de Ofori-Quaye no tenía otro destino que la barrera. Y a la barrera se fue. Pero resulta que allí se había colado otro jugador ghanés, en cuyo rostró impactó el balón. Al suelo se fue, dolido, el futbolista africano. Y a la red el balón. Media hora después, tras la prórroga, los penaltis pusieron las cosas en su sitio. Nada hacía presagiar un final con tanto suspense, más que nada porque España fue superior a Ghana en cualquier aspecto que tenga que ver con el buen fútbol, no con el músculo. Se jugaban los de Iñaki Sáez sus sueños de grandeza ante un equipo cargado de fama, que permanecía, como el español, invicto. Pero en este Mundial sobraba un ilustre y el que sobró fue Ghana, al que a ratos ahogó el discurso español, tan lleno de imaginación.

ESPAÑA 1

GHANA 1España: Casillas; Coira (Alex, m.106), Jusué, Marchena, Bermudo; Varela, Orbaiz, Xavi, Barkero (Rubén, m.65); Gabri y Pablo (Yeste, m.87). Ghana: Adjei; Razak, Blay, Isaah (Abdul, m.75); Amuzu, Hamza, Ansah; Afriyie (Tutu, m.53), Appiah, Abdulai (Gyan, m.68); y Ofory-Quaye. Goles: 1-0. M.52. Barkero es derribado por Razak. El propio Barkero transforma el penalti. 1-1. M.90. Falta que lanza Ofori-Quaye, el balón rebota en la barrera y entra. Árbitro: William Mattus (Costa Rica). Amonestó a Varela, Bermudo, Orbaiz, Gabri, Xavi, Issah, Hamza, Gyan y Ofori-Quaye. Expulsó a Tutu (m.105). Unos 15.000 espectadores en el estadio Ahmadu Bello de Kaduna. En el minuto 43 se fue la luz durante diez minutos. España, que venció en la tanda de penaltis (8-7), se enfrentará a Mali en semifinales el próximo miércoles.

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Un apagón inoportuno

Fue sonar el pitido inicial y Ghana ya dejaba entrever sus intenciones, con un saque de centro tan original que acabó con el balón sobrevolando la portería española. Aquel hecho, de aspecto anecdótico, indicaba que los campeones de África querían solucionar el conflicto por la vía rápida, como acabó de certificar el que durante esos primeros minutos intentaran, sólo intentaran, cercar la portería de Casillas. No lo consiguieron porque España le echó una buena dosis de raciocinio al asunto. Había que dormir el juego, dejando que corriera el balón. Xavi se puso a la tarea y Ghana tuvo que frenar su ímpetu, porque a nada le llevaba aquel perseguir por el césped a todo el que vistiera de rojo, una manera como otra cualquiera de reconocerse inferior.

Sin precipitación alguna fue tejiendo España su juego, buscando a Gabri para que éste sembrara de agujeros la media punta. O a Pablo, para que recibiera de espaldas, a la espera de la llegada de algún socio. Se produjo así la primera ocasión clara del encuentro, con la apertura de Pablo, el centro desde la derecha de Coira y el cabezazo de Gabri, que escupió el palo. Fue una jugada fulgurante, simple, de las que se ven a cientos en los colegios.

Pero Ghana no se enteraba. Porque el cuadro africano, que hasta ahora había hecho un torneo fantástico, se mostró ayer como un equipo huérfano de cualquier criterio decente. A verlas venir se pasó un buen rato, mientras España se manejaba con la soltura acostumbrada, a la espera de que alguna ocasión diera sus frutos.

Pudo llegar el gol si a Varela no le sobra un regate en su aparición por el área rival (m.31), o si al cabezazo de Gabri no le falta algún centímetro (m.40). Instantes después se produjo un apagón en el estadio, lo que no debe sorprender en un Mundial lleno de historias propias de Mortadelo y Filemón. El apagón de Ghana, sin embargo, duró más tiempo. Volvió España del descanso con ganas de que la justicia llegara al marcador y enseguida lo logró. Barkero se coló hasta la cocina y Razak le atropelló. El propio Barkero transformó el penalti merced a un enorme zapatazo.

El gol no varió el discurso de España, templado, vacío de urgencias, como si sus jugadores llevaran toda la vida disputando partidos así. Ghana, que físicamente mostró un buen nivel, siguió preso de sus carencias técnicas. Llegó entonces aquel accidente, aquella falta a favor de Ghana que rebotó en la cara del único valiente que se atrevió a meterse en la barrera. Ya en la prórroga, España siguió a lo suyo, intentando superar con fantasía el poderío físico, aunque ya muy menguado, de los africanos. A éstos les hirió la expulsión de Tutu, por lo que se replegaron. No vio puerta España y su juego se convirtió en el equipaje de un viaje a la lotería de los penaltis, donde recuperó la suerte que el gol ghanés le había negado.

Otros resultados

En el resto de partidos de cuartos de final se dieron los siguientes resultados: Mali, 3; Nigeria, 1. Brasil, 1; Uruguay, 2. Japón, 2; México, 0.

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