El Zaragoza salva un punto gracias a la condescendencia de la Real Sociedad

La Romareda escenificó ayer su definitivo divorcio con Txetxu Rojo. En otro partido agónico, el Zaragoza salvó un punto gracias a la condescendencia de la Real Sociedad. El cuadro donostiarra, que se había adelantado en el primer periodo, no fue capaz de rematar a un rival roto, sin criterio ofensivo ni defensivo y que andaba más preocupado de las críticas de la grada a su entrenador que del partido. Ni con un penalti a favor y un jugador más durante una hora, el Zaragoza fue capaz de superar a su rival. Las carencias del Zaragoza eran todavía más evidentes por el planteamiento de la Real. Cedió todo el campo e incluso el balón al Zaragoza. Se limitó a esperar, para salir al contragolpe, y ahí no tenía más opción que las anárquicas acciones de Sa Pinto. Pero eso fue suficiente para que la Real se adelantara en el marcador. Fue a la media hora, en la primera llegada con peligro.

El Zaragoza pudo enmendar la situación cinco minutos después, cuando Median Cantalejo pitó penalti y expulsión. Pero Garitano falló el penalti.

El Zaragoza, espoleado por gritos y pañuelos, encontró la rabia de Milosevic, seguramente el más en forma, que con la ayuda de Loren encontró portería.