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Escaramuzas sucesorias en la UGT de Cataluña

La historia revela que el entorno político permeabiliza a los sindicatos de clase. Ahora, en la UGT de Cataluña, la proximidad del sufragio autonómico de otoño está abriendo el melón del posible relevo de Josep Maria Álvarez en la secretaría general. Los que denuncian este relevo diseñan la posible incorporación de Álvarez a un hipotético gobierno de Pasqual Maragall. En CC OO, la otra gran central sindical, el tránsito hacia la política del histórico dirigente José Luis López Bulla -que secundará a Rafael Ribó en la lista de IC- anticipa un gesto similar por parte de Antonio Gutiérrez, quien de momento ha reconocido que está deshojando la margarita de su inserción en el arco parlamentario nacional de la izquierda. En la central socialista, muchos dirigentes establecen analogías entre los tránsitos citados de CC OO y el que presumen que acabará efectuando el secretario de UGT, Josep Maria Álvarez. Este último, por su parte, ha negado reiteradamente que quiera abandonar a corto plazo el sindicato para dedicarse a la política. "Tengo un proyecto de sindicato, basado en la autonomía y la pluralidad ideológica, que no culminará a corto plazo. En todo caso, en mi horizonte personal no está la idea de dedicarme a la política, entre otras cosas porque estropearía una parte de la credibilidad sindical que hemos forjado", declaró ayer Álvarez a este diario. Pese a que esta comprometida negativa podría hipotecar las decisiones de Álvarez , algunas voces recogidas en el seno de la UGT consideran que dentro de pocos meses la secretaría general de la UGT puede quedar vacante. Estos medios señalan a Ciriaco Hidalgo, el secretario de política institucional del sindicato, como posible sucesor. Hidalgo tiene previsto anunciar mañana su renuncia oficial a formar parte de la lista del PSC para las elecciones municipales en el Ayuntamiento de Cornellà, que encabezará el socialista José Montilla. Después de más de una década desempeñando diversos cargos en este municipio del Baix Llobregat, Hidalgo reconoce su intención de abandonar el gobierno municipal porque quiere dedicarse por completo al sindicato. Añade, sin embargo, que su nueva situación en Cornellà "no tiene nada que ver con el sindicato". Frente a la negativa del propio interesado, algunas opiniones vertidas por cuadros sindicales vinculados a la organización sectorial de UGT en el Baix Llobregat apuntan durante muchos años Hidalgo ha compaginado sus cargos en la central y en el Ayuntamiento de Cornellà, y que si ahora se decide por el sindicato es porque "se está autopropulsando al nivel más alto de la cúpula de la central". Estos mismos sectores sindicales añaden que en realidad es el propio Álvarez quien prepara su relevo promocionando a Hidalgo, un hombre de su absoluta confianza y en la práctica actual número dos de la central socialista. En los últimos tiempos, el indudable consenso en torno a la figura de Josep Maria Álvarez no ha impedido que en la UGT se alzasen voces críticas en contra de la ejecutiva, a la que consideran responsable de haber alcanzado un acuerdo marco con la patronal y la Administración -el Pacto por la Ocupación, firmado hace un año-que en la práctica ha acabado obviando algunos grandes objetivos sindicales, como la reducción del tiempo de trabajo. Álvarez e Hidalgo fueron los firmantes y máximos responsables en UGT del Pacto por la Ocupación. Otras versiones apuntan el descontento creciente que provocan las actitudes aperturistas de Álvarez, sobre todo su acercamiento a las instituciones. En esta línea, a muchos dirigentes de la UGT les pareció un error que Josep Maria Álvarez compareciera junto al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el consejero de Trabajo, Ignasi Farreres, en la inauguración del Instituto para el Desarrollo de la Formación y la Ocupación (IDFO), una institución que recibe dinero público para los fondos ocupacionales. La cúpula de UGT recibió públicamente a Farreres anteayer, un día antes de su comparencia en el Parlament para dar su versión sobre el escándalo de la utilización fraudulenta de los fondos ocupacionales. Álvarez ampara su acercamiento al nacionalismo en la vocación de pluralismo ideológico que indudablemente registra la UGT. Esta misma línea de autonomía sindical se fortaleció hace años cuando el actual secretario general alcanzó su hegemonía en liza con la sectorial del Baix Llobregat y el Metal, lideradas entonces por Antonio Puerta y partidarias de vincular la UGT a las directrices del PSC.

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