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"Romero no era el mejor candidato"

Pregunta. En noviembre de 1997 negaba que quisiera ser candidato a la presidencia de la Generalitat, en junio de 1998 se presentó a la primarias y en abril de 1999 se convierte en rival de Eduardo Zaplana. ¿Qué ha pasado? Respuesta. Soy candidato de carambola. Me presenté a las primarias como resultado de una serie de desencuentros con el secretario general, Joan Romero. Entonces los afiliados me pidieron que me quedara en casa. En esta última ocasión, no he querido que quedara un hueco, que la nave quedara sin gobierno. Respeto la decisión de Romero, pero a dos meses de las elecciones, cuando ya hay una campaña iniciada, estas cosas no se pueden plantear. Yo levanté el testigo y dije aquí estoy en el lugar que queráis para un recambio. P. Usted apoyó en su día la candidatura de Carmen Alborch. R. Carmen era la más adecuada. Si Romero hubiera sido el mejor candidato yo no me habría presentado a las primarias. Creo que la aparente contradicción se matiza mucho. P. ¿Sabía ya entonces que Alborch no quería ser candidata a la Generalitat? R. Entonces optó a la alcaldía, pero surgió Ana Noguera y unos malos entendidos por los que Carmen desistió y explicó en su momento. P. ¿Tiene la sensación de ser un candidato que llega por la puerta falsa? R. Está claro que yo no era el candidato que estaba previsto. Pero lo que no voy a dejar es un resquicio para que nadie lo explote. P. La renovación, ¿exigía acabar con Romero? R. En absoluto. La renovación debe ser la consecuencia de un proceso de democratización. Depositamos en él la confianza en la Politécnica, pero las resoluciones del congreso no se han llevado a cabo. P. La ejecutiva federal hubiera preferido que Alborch se enfrentara a Zaplana. R. No me preocupa. Hace una semana dije que estaba dispuesto a ir con ella en cualquier número de la lista. Pero Carmen no estaba disponible y lo asumo. P. Su actual papel, ¿supone su rehabilitación política después de cinco años al margen de la vida pública? R. No he estado al margen. No he estado en primera línea, he estado trabajando en la actividad privada, pero no me siento rehabilitado ni defenestrado. P. Felipe González, ¿le tenía vetado? R. No creo que sea así. P. Un 35% de contestación en el seno del partido, ¿es grave? R. Fimaría ese resultado en las elecciones autonómicas. P. Su actual alianza con el sector próximo a Ciprià Ciscar ¿es táctica o estratégica? R. Es una alianza por un proyecto político y es una coincidencia. En el comité nacional hay personas que no me apoyaron, pero no creo que se pueda hacer una raya por ninguna parte. Uno de los objetivos fundamentales es que desaparezcan las etiquetas y que las personas hagan política porque quieren hacerlo. Pero agradezco mucho el apoyo explícito de Joan Lerma y Ciprià Ciscar, por cierto, ambos miembros de la ejecutiva federal a la que no me siento ajeno. P. Usted ha sugerido alguna vez unas votaciones primarias al estilo de Estados Unidos. R. Los partidos son muy cerrados. Deberíamos admitir afiliados a tiempo parcial y a tiempo completo para evitar que se formen núcleos de poder inmóviles y la gente externa sirva como contrapeso de poder. El paso que hemos dado es muy importante, en Europa no hay un partido con las cotas de democracia interna que tiene hoy el partido socialista, pero debemos estudiarlo en el futuro. P. ¿Como su opción a la secretaria general del PSPV? R. Por supuesto, porque ahora no hay nada planteado. P. Se sube usted a una campaña en marcha... R. ... con los carteles de otra persona. P. ¿Es una clara desventaja? P. Hay que plantear una campaña diferente. La entrada no es clásica y hay que darle un sesgo diferente a la campaña, que es lo que vamos a poner en práctica. P. Apela usted a Lionel Jospin que fue capaz de dar un vuelco electoral en Francia en apenas dos meses. R. Los socialistas franceses, después de un periodo de cuatro años de ausencia del poder, consiguieron dar la vuelta en dos meses a unas elecciones que convoca Chirac para que Balladour revalidara la mayoría. Es una situación muy similar a la nuestra. Si somos capaces de hacer lo que hicieron los franceses, podemos ganar las elecciones. P. ¿Se atreve a vaticinar un resultado? R. Confío en que podamos ganar. Hemos tenido unos problemas que no se producen en tiempo de gobierno. Pero abordamos una gran transformación en un proceso democrático, con tolerancia, y estamos en disposición de trasladar al Gobierno esas formas, cosa que la derecha en absoluto podrá hacer. P. Ha dicho que va a tocarle "la carita a Zaplana". R. Es fácil, es muy sensible. P. ¿Tiene calibrados sus puntos débiles? R. Sí, pero eso no lo vamos a comentar. P. Cuando acusa a los populares de ser un sindicato de intereses, ¿se refiere al PP de forma genérica o al PP valenciano? R. El PP lo es. Pero aquí es muy específico. No hay más que ver la forma de gobernar, o cómo reaccionan. Tienen la piel muy fina, como dicen los valencianos. P. Eduardo Zaplana es un valor en alza dentro de su partido, ¿eso supone un reto añadido? R. Respeto todos los valores que el PP quiera atribuirle, pero tengo alguna ventaja sobre el ex alcalde de Benidorm. Llevo muchos años más en la Administración con temas muy duros. Desde la Administración local como él, aunque él entró de otra forma. P. Es usted un empresario de envergadura, ¿teme que le planteen problemas políticos al estilo de los que atraviesa Josep Piqué, portavoz del Gobierno? R. En absoluto. No tengo ningún problema. P. ¿Qué piensa del modelo sanitario aplicado en Alzira? R. La incorporación de recursos privados a fines públicos debería hacerse con las ventajas que lleva aparejada la libre competencia. Pero tal como se ha hecho en el hospital de Alzira se considera al ciudadano como a un mueble. La chapuza consiste en que han hipotecado a 15 años el área sanitaria pero además las letras están en blanco: "Ponga usted la cantidad", y eso me parece peligrosísimo. El procedimiento es una chapuza. P. ¿Defiende la desaparición de las diputaciones provinciales? R. En el futuro habría que sustituir la circunscripción electoral provincial por la comarcal para las Cortes Valencianas. La Administración provincial es ahora subsidiaria de la autonómica y ejerce un papel de beneficencia política entre comillas. P. Usted puso en marcha la dispersión de presos etarras, ¿qué piensa ahora de aquel plan? R. Lo que hice fue incorporar la política penitenciaria a la lucha contra el terrorismo. En 1989 estos presos estaban en un régimen al margen de la administración penitenciaria. Se aplicó individualmente lo que decía la ley. Alrededor de 150 presos se acogieron a los beneficios que prevé la ley. Otros endurecieron su situación, con lo cual, el colectivo se rompió. Entonces teníamos el acuerdo del PNV. El problema fue que la dispersión sin beneficios se convierte en un castigo añadido, que es lo que ha pasado después y ha dificultado la posición del PNV. P. ¿Qué piensa de la actitud del Ministerio del Interior ante la tregua de ETA? R. Los movimientos del Ministerio del Interior en las últimas semanas al tener en cuenta situaciones personales de los presos me parecen positivos. P. El paso por Interior, ¿marca para siempre? R. Da una dimensión diferente. A mí me marcaron mucho más las cárceles, que entonces dependían de Justicia, no de Interior. P. ¿Qué piensa del modelo de financiación autonómica? R. Deberíamos corresponsabilizar más a las comunidades autonómas. Si hay corresponsabilidad en el gasto, también debe existir en el ingreso. P. El PSPV, ¿necesita más autonomía respecto al PSOE? R. Eso lo da la impronta de los dirigentes. En mi partido, si andas preguntando te dicen lo que tienes que hacer, pero si no preguntas tampoco te dicen nada. Yo he estado en varios sitios y nunca me han dicho lo que tenía que hacer. Yo jamás he preguntado lo que tenía que hacer. P. ¿Le sorprende la satisfacción de Unión Valenciana ante su designación como candidato? R. Calculo que están muy hartos del señor Zaplana.

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