El premio a la laboriosidad

Entre la pillería de Mario y la racionalidad de Xavi nadie había reparado en la laboriosidad de Gabri. Mario es muy vistoso, y a cada viaje con el primer equipo del Barça se deja sentir aunque no juegue: Van Gaal le lleva a menudo para los bolos. Xavi ha vuelto al filial desde la recuperación de Guardiola y la llegada de Ronald de Boer, pero a la que falta un centrocampista se convierte en la primera opción. Pero de Gabri, aunque debutó en enero en Málaga, en un amistoso contra el Galatasaray, no había muchas noticias en el Camp Nou, pero sí en el Miniestadi, donde gobierna la recuperación del filial con las instrucciones de Ronald Koeman y Josep Maria Gonzalvo.Jugador de equipo por excelencia, futbolista de club por naturaleza, Gabri rompió ayer con su anonimato profesional metiéndole dos goles a Brasil. Saez le hace jugar en la selección más arriba de donde le ubica Gonzalvo en el Barça, y de ahí su explosión ofensiva. No es un delantero, pero tiene llegada, mantiene una buena relación con el gol y, sobre todo, recupera la posición con diligencia. Aplicado y tan polivalente que puede operar en cualquier zona del medio campo, a Gabriel García de la Torre le comparan con Luis Enrique. Tiene los requisitos del volante físico por excelencia: cubre mucho campo, es muy resistente, posee gran capacidad de trabajo, recorrido y sorpresa, y no es lento ni mal pelotero. Tiene un buen nivel técnico, es preferentemente diestro y le protege un carácter de chico serio, puesto en la faena, sabedor del esfuerzo que le supuso a su madre dejarle ser futbolista.
Nacido en Sallent hace 20 años, estuvo de paso en el Sabadell hasta que Antonio Olmo le puso en ruta hacia Barcelona siendo un cadete. Para entonces, Del Bosque ya lo tenía atado para el Madrid, pero a Gabri, culé de familia, y a su madre, les convenció el carácter paternal de Oriol Tort, el profesor, el hombre que cría a la cantera azulgrana. No hay mejor anzuelo para un cadete que vive a hora y media de Barcelona que la residencia de la Masia. Y allí se ha criado Gabri. Internacional en todas las categorias, se perdió el Mundial sub 18 en Ecuador por un accidente de moto, y, viendo a Mel Gibson interpretar Braveheart, se juró que no se perdería otro campeonato. "No soy un jugador 10", cuenta, "no destaco en nada especial, pero soy muy regular". Dos goles a Brasil le han puesto en el escaparate.
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