_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Semana Santa ¿cristiana?

Desde mi convicción de cristiano y sacerdote, hace tiempo que vengo observando cómo la Semana Santa está tomando un giro por el que difícilmente se puede entender como cristiana. Un amigo mío decía que "este sistema en el que vivimos es capaz de cambiar todos los acontecimientos por muy duros e inhumanos que sean para convertirlos en rostros que sirven de desahogos estéticos atrayentes".Estos días, los comentarios de las calles son "qué preciosa iba aquella imagen, con sus flores, cirios...". Los cofrades, satisfechos por el esplendor, se felicitan por la procesión, a la vez que critican la imagen de las otras cofradías y la mala suerte de la que no salió por la lluvia. Cuando yo hablo de Semana Santa creo en otra cosa totalmente distinta de esas celebraciones de lujo y poder. Son vivencias de un tiempo especial para los/as cristianos/as, ya que se hace presente y actualiza la muerte y resurrección de Jesús.

La muerte de Jesús es consecuencia de su actitud frente a la ley, su crítica a la religión y sus conflictos con las autoridades religiosas y políticas, en definitiva, por su existencia libre y su forma liberadora de actuar; todo esto le acarreó la muerte, no una muerte dulce, sino trágica, amarga y dramática, la más cruel de todas, la crucifixión. La práctica liberadora de Jesús estaba totalmente en oposición a los religiosos (fariseos) porque eliminaba a los intermediarios para acceder a Dios, además de no tener en cuenta a la ley, sino a la persona.

La muerte de Jesús se produce porque Jesús rechaza las situaciones injustas, porque rechaza la actitud de los fariseos que sólo miraban la superficialidad de las cosas, porque no soporta que la gente pase hambre mientras otros viven en la abundancia, porque no soporta el lujo y los ornamentos y porque cree que su mensaje es más humano que divino, que está ligado al pueblo y no a las clases religiosas dirigentes, el mensaje de Jesús se dirige al hombre y no a Dios. Por ello no comprendo que en Semana Santa traicionemos el mensaje de Jesús, que todos/as nos volvamos fariseos/as, que vivamos de la superficialidad y no vayamos al espíritu de las cosas.

Y si esta actitud fuera de los ateos, la comprendería en parte, ya que para ellos las procesiones y la Semana Santa son sólo una actividad folclórica para atraer el turismo y para divertirse, pero no es una actitud comprensible para un/a cristiano/a que desee vivir el mensaje de Jesús en toda su profundidad. Y luego creemos que Jesús ha resucitado en nosotros, que nuestro espíritu se ha renovado, que somos un poco más cristianos porque hemos llevado una imagen sobre nuestros hombros o porque hemos salido en procesión llevando una medalla, o repartiendo caramelos. ¡Ya hemos ganado otra parte del cielo!

Y mientras, qué importa que la gente pase hambre, que mis hermanos sufran a mi alrededor y yo no me dé cuenta, que conviva día a día con la injusticia, que no denuncie los malos tratos a menores y a mujeres, que no me preocupe por el aumento de la droga, que no me implique en asociaciones sociales y humanitarias, nada de eso importa ya, yo he cumplido con mi labor, con mi conciencia religiosa, pues a esto está quedando reducida la Semana Santa.

Lo que recordamos en la Semana Santa es la muerte de un inocente a manos de unos verdugos sin escrúpulos que hoy se actualiza en nosotros. Esto no es de interés turístico-cultural, ni para sacarlo en los panfletos de las agencias de viaje, porque ningún crucificado tiene interés.-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_