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Entrevista:

MARIANO MIGUEL ALFARO SUBMARINISTA "Cada vez nos preocupa más qué hay bajo el mar"

Tras haber buceado en la barrera coralina más grande del mundo o haber visitado, cámara en ristre, los restos del mayor pecio conocido uno se ve obligado a contar sus experiencias. Es el caso de Mariano Miguel Alfaro (Madrid, 1961), quien recientemente contó en Getxo sus andanzas buceando en Australia. Ahora tiene previsto filmar los navíos hundidos junto al archipélago de Vanuatu en la Segunda Guerra Mundial. Pregunta. ¿Por qué bucear en Australia? Respuesta. Porque allí podemos encontrar la mayor barrera coralina del mundo. Son 2.800 kilómetros, algo así como el trayecto de Londres a Estambul, plenos de una asombrosa vida submarina imposible de encontrar en ninguna otra parte. Hay que pensar que de norte a sur, la barrera ofrece la visión de todas las especies marinas imaginables. Por suerte es un entorno pleno de vida, algo que no sucede, por ejemplo, al otro lado de la isla. P. ¿Cómo se llega a la barrera? R. La verdad es que se trata de una barrera un tanto atípica, pues se encuentra bastante alejada de la costa. Concretamente, desde la ciudad de Cairns, en el estado de Queensland, hasta la barrera hay casi 30 millas de navegación. Cairns es el gran centro del submarinismo en Australia y el mejor ejemplo de su importancia, pues hace diez años era un pueblo desconocido. Hoy viven allí miles de personas dedicadas directa o indirectamente al buceo. P. Disfrutar de ello costará muy caro. R. Nada de eso. En la actualidad bucear allí es realmente barato, no sólo en la relación calidad-precio, sino también en términos absolutos. Uno puede hacer un viaje de cinco días en barco a la barrera disfrutando de cuatro inmersiones diarias por apenas 50.000 pesetas en temporada baja. Esos trayectos se hacen en viejos barcos de pesca acondicionados aunque, por supuesto, también hay opciones más elitistas. Los precios únicamente se desorbitan en noviembre cuando se produce la fecundación del coral. En esas fechas, el espectáculo es increíble, pero hay una gran saturación. P. ¿Es el submarinismo una actividad peligrosa? R. No lo creo. Cuando yo comencé hace 20 años, el submarinismo parecía destinado exclusivamente a superhombres, pero ha sufrido una evolución extraordinaria. Con los nuevos materiales casi todo el mundo puede practicarlo. De todo modos, cuando se bucea tranquilamente dentro de los límites y con entrenamiento se puede solventar casi cualquier problema. P. Es evidente que ha crecido mucho el número de buceadores. ¿A qué se debe? R. Desconozco la razón concreta, aunque una podría ser el interés por conocer. Hasta la fecha nos bastaba con ver lo que hay sobre la tierra; ahora, cada vez más, nos preocupa qué hay bajo el mar.

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