Morán elige la cultura para dar lustre a los últimos puestos de la lista municipal
Díez de Rivera, Marsillach, Piris, Elías Díaz y Sampedro elogian al candidato socialista
El socialista Fernando Morán, candidato a alcalde de Madrid, ha incorporado en los últimos puestos de su lista al Ayuntamiento a cinco intelectuales con proyección propia. Carmen Díez de Rivera, politóloga y parlamentaria europea; Adolfo Marsillach, dramaturgo y actor; Alberto Piris, militar y tratadista; Elías Díaz, catedrático, y José Luis Sampedro, novelista y ensayista. Les unen al candidato su amistad personal y un criterio compartido sobre su personalidad. Los cinco saben que no saldrán elegidos, pero le expresan así su apoyo. Así han visto al candidato sus cinco teloneros de lujo.
Carmen Díez de Rivera, madrileña, la mujer que desempeñó cometidos de mayor alcance político durante la transición democrática española, conoció a Fernando Morán cuando ambos formaron parte del Partido Socialista Popular, que dirigía Enrique Tierno Galván. "En las primeras elecciones, hicimos campaña juntos y pegamos muchos carteles en los muros de las calles de Madrid", cuenta sonriendo.Díez de Rivera define así a Fernando Morán: "Es un hombre honrado, con cultura y experiencia política. De él destacaría su enorme interés por todo. Nunca deja de leer literatura y ensayo, también en inglés y francés, lenguas que domina a la perfección. Escucha buena música", prosigue, "siempre que sus ocupaciones se lo permiten. Recuerdo que en el Parlamento Europeo, donde hemos coincidido, cuando tenía un minuto libre solía acudir a las tiendas discográficas para adquirir música clásica. Su avidez por conocer es incesante. Tiene capacidad política y una gran cultura", añade, "dos virtudes hoy más bien escasas en la vida pública".
Otro aspecto que Carmen Díez de Rivera destaca de Morán: "Desde que le conocí, nunca fue machista, hecho meritorio en hombres de su generación", ironiza con afecto.
"Es un político que no sólo habla de política, porque sabe que la vida trasciende este plano. Además, su europeísmo siempre fue, como para toda la izquierda, un atributo democrático". Díez de Rivera, de 56 años, explica que su incorporación a la lista del candidato Morán se basa en la amistad recíproca que les une. "Es un hombre muy de su familia, a la que cuida con delicadeza y entrega. ¡Ah! Creo que le gusta mucho el fútbol", añade. "En eso no coincidimos".
Afinidad ideológica
En cuanto a Adolfo Marsillach, de 71 años, uno de los intelectuales con mayor proyección propia bajo el franquismo y en la democracia, dramaturgo, figurará en la quincuagésima posición de la candidatura de Morán. "Primero está mi afinidad ideólogia, nada desconocida, con el Partido Socialista, y en segundo lugar, la amistad personal con el candidato. No tengo la menor aspiración de seguir una carrera política", bromea, "ya que salir elegido desde la posición que ocupo en esa lista resulta aritméticamente imposible, por lo cual me integro por una razón puramente simbólica".El dramaturgo catalán comenta una anécdota muy reciente: "El próximo 8 de mayo represento con Nuria Espert en Pamplona la obra ¿Quién teme a Virgina Woolf? Bueno, pues en una reciente conversación con Morán, él me demostró que de esta espléndida obra de Edward Albee sabía casi tanto como yo; la ha visto representar en Nueva York, Londres y en varios lugares más. Su cultura teatral es muy amplia". Marsillach define así al candidato: "Podría ser un magnífico alcalde de Madrid y entroncaría perfectamente con Enrique Tierno Galván porque es una de las cabezas mejor preparadas de este país". Alberto Piris Laespada, nacido en Bilbao en 1932, estudió la carrera militar en Zaragoza y Segovia. Desempeñó distintos cometidos militares en Europa. Con el grado de general de Brigada de Artillería, se encuentra en la reserva desde que cumplió 65 años. Fue agregado militar de España en Bruselas en 1982, etapa en la que conoció al candidato Fernando Morán.
"Creo que Morán", señala Piris, "es un hombre íntegro, serio y responsable, con el que se puede trabajar muy a gusto". Su amistad con el candidato se remonta a los años de la transición a la democracia. "Básicamente, comulgaba con sus ideas sobre política exterior".
Destaca una anécdota que nunca ha olvidado: "En razón de mi cargo como agregado militar en Bruselas, cuando él era ministro de Asuntos Exteriores, acudí al aeropuerto bruselense a cumplimentarle. Yo entonces", explica Piris, "era un entusiasta del cambio político que se inauguraba con la nueva administración. Ví que se desplazó en un avión de Iberia, de línea regular, nada de Mystère. Celebré que el ministro viajara entre la gente, como un ciudadano más, y que descendiera la escalerilla del avión entre personas corrientes. Aquel hecho hizo crecer mi simpatía por él".
Piris subraya que formar parte de la lista obedece a una petición suya: "No tengo vínculo alguno con el PSOE. Se trata sólo de un gesto de apoyo personal y de amistad".
Conciencia crítica
Elías Díaz, salmantino de 64 años, catedrático de Filosofía del Derecho de las Universidades de Oviedo, Valencia y, hoy, de Madrid, conoció a Fernando Morán en los años sesenta a través de Tierno Galván. "Desde entonces he mantenido una estrecha relación de amistad, personal y familiar con Morán. Creo", explica, "que se trata de una persona valiosa en tres dimensiones. En el plano humano, es un hombre honesto, generoso y desprendido; jamás ha tenido en cuenta sus intereses personales, ni siquiera los que pueden considerarse como lícitos. En el plano intelectual", prosigue, "goza de un acerbo cultural relevante y una firme conciencia crítica, siempre desde una perspectiva socialdemócrata"-en este aspecto cifra Díaz otro importante punto de afinidad-. "Y en el plano político, Morán tiene prestigio y experiencia, con un profundo conocimiento de las relaciones internacionales".El novelista y catedrático de Estructura Económica José Luis Sampedro, de 82 años, es el intelectual que figura en el último puesto de la lista. Díaz recuerda que fue Sampedro uno de los pocos catedráticos de Madrid que en 1969, durante uno de los estados de excepción decretados por Franco contra el movimiento democrático, defendió valientemente a los universitarios que como Díaz, fueron represaliados por su ideario. Sampedro dijo a este periódico "Mi presencia en la lista es testimonial."
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