Poca renta para el Pamesa Valencia

La Copa Saporta le volvió a hacer un guiño al Pamesa, que andaba un tanto decaído por sus tres últimas derrotas ligueras. El conjunto de Miki Vukovic cumplió. Si la ventaja que logró es suficiente para acceder a la final, es imposible de saber. Todo depende del aplomo del Pamesa en Salónica, donde la capacidad para intimidar al rival de la afición griega desempeñará un papel fundamental. El Pamesa firmó un partido decoroso; maquilló su actuación en la segunda parte, lanzado por Sellers y Hopkins, tras un primer periodo mediocre, en el que el grupo valenciano estuvo frío y desacertado.El Pamesa no encontró la velocidad de crucero idónea en la primera parte. Un dato: Rodilla, maltrecho por la lesión de tobillo para la que no halla descanso, no anotó ni un punto en la primera parte. En la segunda, sólo uno. Rodilla pasó inadvertido. Y su equipo lo echó de menos. Para colmo, Álvarez, que sólo anotó dos, tampoco tuvo su día. La nula aportación anotadora de Rodilla dejó al Pamesa cojo y allanó el camino del Aris, que se encomendó a Galakteros y a Liadellis, inspirados en el tiro exterior. El Pamesa se sostuvo en la primera parte gracias a Sellers, que se desenvolvió con soltura en el juego interior. Era algo previsible. El Aris sustenta su juego en las muñecas de Galakteros, Sigalas y Liadellis. Y éstas no fallaron. El Aris llegó a disponer de doce puntos de ventaja en la primera parte (26-38) y se fue con una renta de seis al descanso (32-38).

El Pamesa salió enfurecido en la segunda. Había que aprovechar el momento de Sellers, que anotaba por todo su equipo. Intuitivo en el rebote, Sellers encontró a Hopkins, que comenzó a ver canasta y ambos impulsaron al Pamesa. Galakteros se había apagado, y el conjunto valenciano tomó una ventaja de seis puntos. El Aris se descompuso ante el desplome de Galakteros. En la reacción del Pamesa tuvo un protagonismo significativo la aparición de Maluenda, que dinamitó a menudo la defensa griega.