El TSJA ratifica una multa de 17 millones por coger restos arqueológicos

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha respaldado la actuación de la Consejería de Cultura que, en febrero de 1995, multó con 17 millones de pesetas a Adolfo Boch, un vecino de San Fernando (Cádiz) en cuya vivienda se halló casi un millar de piezas arqueológicas de distinta procedencia. Además de la sanción, ahora confirmada por el alto tribunal andaluz, la Junta intervino el material y lo depositó en el Museo de Cádiz, donde permanece en la actualidad. Boch recurrió entonces la sanción ante el TSJA. "Lo cierto es que casi un millar de piezas de interés arqueológico fueron halladas en su poder sin que haya podido ofrecer una explicación mínimamente lógica sobre su adquisición", detalla uno de los párrafos de la sentencia sobre la que informó ayer la Delegación del Gobierno andaluz en Cádiz. El TSJA considera que el número de piezas, procedentes del mar, "exceden con mucho de lo que pudiera ser un hallazgo casual" y, por tanto, "hacen concluir que han sido ocupadas por el señor Bosch, bien directamente, poniendo en riesgo su propia salud, bien indirectamente, sirviéndose de alguna persona colaborando con él desde tierra en las extracciones". La sala considera que el argumento legal esgrimido por la Junta está "fundado", según la aplicación de la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz, que considera "grave" esta actuación. La delegada de Cultura en Cádiz, Josefa Caro, dijo ayer: "Cabe congratularse una vez más de que los tribunales den la razón a una ley de la Junta". El condenado ha presentado un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.