El consorcio quería empezar a edificar pisos antes de que se revisara el PGOU

El Consorcio Tablada quería empezar a construir pisos antes de que el Ayuntamiento de Sevilla acabara el proceso de revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), cuyo inicio está previsto para después de las elecciones municipales. El llamado Documento preliminar de análisis y propuesta en poder de las cajas de ahorro sevillanas incluye un epígrafe denominado Proceso a seguir en el que expone claramente las "ventajas" de lograr que Urbanismo aprobase sus planes mediante una modificación puntual, no global, del PGOU. La más significativa es que se lograrían "mejorar las condiciones del mercado de suelo a corto plazo, ya que de esta forma los primeros solares podrían estar en construcción antes de que concluyera el proceso de revisión". Las "ventajas" de no tener que esperar a que el PGOU se modifique incluyen la "mayor celeridad en la tramitación [del expediente], que podría estar concluida antes de un año", y el eludir "la confusión con el resto de zonas y cuestiones que deberán ser objeto de revisión". O lo que es lo mismo, no querían que la reclasificación de Tablada se mezclara en un batiburrillo de proyectos urbanísticos sujetos a discusión política en el Ayuntamiento. El documento -que rebajó el máximo previsto de 16.560 viviendas a 15.040- considera que la fórmula más adecuada para abordar la actuación sería "la firma de un convenio urbanístico entre el Ayuntamiento de Sevilla y el Consorcio Tablada" e incluso sugiere nueve puntos que debería incluir. Por ejemplo, se sugiere que el consorcio podría "prestar asistencia" para elaborar toda la documentación necesaria e incluso podría "asumir el patrocinio de las exposiciones públicas y otros actos de difusión". El convenio debería haber recogido -al final se quedó en un documento de intenciones- los plazos para la tramitación administrativa de la modificación y la división del proyecto en "entre tres y cinco fases". Los redactores del proyecto subrayan que habría que buscar una nueva clasificación del suelo, que permitiera a Tablada tener "unicidad y autonomía respecto a otras actuaciones urbanísticas que pudieran desarrollarse de manera simultánea o posteriormente". El último punto del proceso a seguir reclama la introducción de una cláusula en el convenio que estableciera "el sistema de garantía mutuas entre el Ayuntamiento de Sevilla y Consorcio Tablada para el caso de incumplimiento de los acuerdos suscritos" y sugiere unas enigmáticas garantías que el consorcio debería prestar "en el caso de haber adquirido obligaciones independientes a los procesos de gestión urbanística habitual".