Gran victoria de Ígor González de Galdeano en la Tirreno-Adriático
El vitoriano Ígor González de Galdeano dio ayer al Vitalicio su primera victoria del año. Lo hizo en la carrera más difícil de lo que va de año (la Tirreno-Adriático) y ante los rivales más complicados: en el grupo de seis del que surgió como un rayo a falta de tres kilómetros para la meta de la quinta etapa marchaban, entre otros, Michele Bartoli, número uno del mundo, en plena forma con vistas a la Milán-San Remo del próximo sábado, Laurent Jalabert, número dos mundial, también en forma; y Davide Rebellin, un italiano que se muestra imparable últimamente. Igor, de 25 años, el pequeño de los dos hermanos González de Galdeano, asciende tras esta victoria al quinto lugar de la clasificación general, a 28s del líder, Bartoli.Ígor es un ciclista fuerte y tenaz. Formado en la cantera del Banesto, pasó al profesionalismo con el Euskadi en 1995 y ha fichado este año por el Vitalicio. Igor es también un hombre de calidad, que se mueve muy a gusto por recorridos de media montaña. No es especialmente rápido. Basó su victoria de ayer en la valentía: al ser el primero en atacar, y también el menos peligroso con vistas a la victoria final, logró que ningún favorito se decidiera a salir el primero tras él. Todos se vigilaron. Bartoli sabía que se pondría líder. Los demás no pudieron moverse e Igor llegó con 10s a la meta de Paglieta.
Otros españoles que estaban cumpliendo un buen papel en la carrera italiana de los dos mares perdieron todas las posibilidades de hacer algo vistoso al despistarse ayer y equivocarse en un cruce de carreteras. Eran un grupo de unos 30 corredores entre los que marchaban Mancebo, Curro García, Sastre y el líder hasta ayer, el letón Vainsteins, que marchaban a unos 20 segundos de los seis escapados a falta de 45 kilómetros. La caza parecía fructífera cuando, después de coronar un puerto, los corredores, que no tenían a ninguna moto dirigiéndoles, leyeron una flecha al revés y acabaron en un callejón sin salida. Llegaron a más de 19 minutos de Ígor.
Boogerd, en la París-Niza
Concluyó ayer la París-Niza, una carrera penalizada este año por una pobre participación, con triunfo final del holandés Michael Boogerd (Rabobank). La prueba francesa se había decidido en la etapa reina del sábado, en la que se impuso el belga Frank Vandenbroucke, gran favorito previo para el triunfo final, y en la que Boogerd se deshizo de Axel Merckx, su rival más insidioso. La última etapa, que concluyó con el tradicional sprint en el Paseo de los Ingleses de Niza (victoria del belga Tom Steels), sirvió no sólo para ratificar el dominio del Rabobank (el suizo markus Zberg, también del equipo holandés, terminó segundo en la general, por delante del colombiano Santiago Botero, del Kelme), sino para que Richard Virenque lanzara un furibundo ataque al que sólo pudo responder su compatriota Roux. Sorprendente Virenque, que en su primera carrera del año logró acabar segundo en la etapa reina.
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