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Lecciones del 95

VICENT FRANCH Creo haberlo escrito y publicado en verso y en prosa, que en las autonómicas del 95 hubo un factor importantísimo a la hora de comprender la victoria relativa del PP y el mantenimiento de UV por encima del 5% de los votos emitidos en la Comunidad: la desastrosa campaña electoral a la que se lanzó el PSPV-PSOE, quizás convencido de que el miedo a la derecha concentraría una buena parte de los votos municipales de sus competidores (EU-EV y UPV) en las candidaturas socialistas. Dije entonces y demostré poco después de aquellas elecciones que el alarde supuestamente nacionalista que constituyeron los equivocados fets de maig no consiguió otra cosa que una movilización extra del anticatalanismo y una alerta para el propio PP, que se empleó a fondo en la campaña, dando por incierta la victoria, como así iba a ocurrir. Si aquella campaña quería dinamizar el voto del conjunto de la izquierda para que no se perdiesen votos, la verdadera intención se delataba en la llamada al voto útil que, por innominado que fuese, estaba cantado que consistía en no votar a las candidaturas autonómicas de los nacionalistas y otorgar el voto nacionalista municipal a quien podía ganar (es decir, el PSPV-PSOE o, en su defecto, EU-EV). Con los resultados en la mano se vio que la estrategia resultó fatal precisamente para el principal promotor del invento (con la inestimable ayuda del nacionalismo impolítico, cuya habilidad política deja mucho que desear), porque la UPV-BN retuvo del monto de los 84.527 votos municipales 64.253 autonómicos haciendo inútil la previsión de su minimización. Además, de haberse realizado una campaña de colaboración estratégica con los nacionalistas, quizás los resultados autonómicos se habrían parecido más a los municipales, donde el conjunto del centro-izquierda (PSPV-PSOE, EU-EV, UPV-BN) obtuvo unos 22.000 votos más que el bloque de centro-derecha (básicamente PP y UV-C-I), y, en concejales, unos 100 más. También en los resultados autonómicos el centro-izquierda superó al centro-derecha en algo más de 37.000 votos. En resumidas cuentas, si la estrategia del PSPV-PSOE (o de quien se la brindó) hubiera sido propiciar el entendimiento con UPV-BN, los resultados autonómicos quizás habrían sido distintos, porque aunque fuese por un solo diputado de diferencia con el centro-derecha habría tenido oportunidades para gobernar. Ahora, con las encuestas de espaldas y muy lejos de la hipótesis de ganarle al PP (solos o en compañía), los socialistas deberían meditar que repetir la estrategia del 95 no sólo sería hundirse en la torpeza sino enturbiar la posibilidad de pactos municipales post-electorales a tres bandas con EU y con los nacionalistas, único medio de tener poder municipal y, quizás, mayoría muy justa en dos de las tres diputaciones, en unas elecciones donde el PP podría no tener asegurada la mayoría absoluta ni solo ni con UV. Por otra parte, y habida cuenta que lo que daba de sí la componente nacionalista del PSPV-PSOE se diluyó tanto en su política como gobierno cuanto en su posición actual, es de notar que el nacionalismo tiene ante sí la oportunidad y el reto de estar en el Parlamento valenciano con sus propias siglas y voz y los votos de los nacionalistas, ahora ya sin intermediarios. Vicent.Franch@uv.es

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