Experto mercantil e inversor inmobiliario

Buen abogado, con profundos conocimientos del derecho y muy hábil en sus planteamientos, Luis Pinillos Mora también era implacable con el adversario, según han reconocido personas de su entorno profesional. Colegiado en 1970, inició su carrera en el pequeño despacho de su padre, pero pronto desembarcó en el sector inmobiliario y de los seguros, especializándose en mercantil como asesor de empresas y de diversas entidades bancarias. Algunos amigos hablan de Pinillos como un gran trabajador, al que no le importaba trabajar más de 16 horas diarias, y como un hombre valiente para las inversiones en toda España. Mantuvo dos despachos abiertos -en Segovia y Madrid- y formó una gran familia. Tuvo ocho hijos con María Luisa Lorenzana, también letrada y profesora de Historia. Los impagados llegaron a preocuparle, pero era experto en salir de las peores situaciones, según algunos conocidos, que también le sitúan como un hombre de profundas convicciones religiosas. Un tumor cerebral, detectado un año antes, le causó la muerte el 28 de julio de 1996, a los 51 años de edad. Cuando el abogado cayó enfermo, la economía familiar sufrió un duro golpe porque los bancos comenzaron a retirarle la confianza. Entonces empezó el declive.