FUGA SIN TOCATA DE UN VIOLINISTA

En 19 años ininterrumpidos de conciertos matinales organizados por el Ayuntamiento de Zaragoza, dentro del ciclo de Introducción a la Música, no se había visto nada igual: la fuga de uno de los concertistas. Ocurrió el domingo, en el auditorio de la ciudad. Patricio Díaz, un violinista madrileño que vive y estudia en Nueva York, dejó plantado a su compañero de concierto el pianista zaragozano Vicente Ariño y a los 2.000 melómanos que aguardaban su actuación a las doce de la mañana en un programa homenaje a Joaquín Turina en el 50º aniversario de su muerte. La sala Mozart escuchó, a las doce y cinco, las explicaciones del director del Auditorio, Miguel Ángel Tapia, que explicaba la espantada del concertista. Díaz se fue una hora antes del concierto con su bolsa, su violín y su arco, y su compañero y amigo el pianista de Zaragoza se mesaba los cabellos ante lo insólito de la situación. "Ha sido un ataque de pánico escénico", explicaba ayer Tapia, que relataba cómo el "fugado" había ensayado la tarde anterior con su compañero y cómo esa misma mañana lo había hecho en su camerino. Pero el violinista se fue. Ahora, Miguel Ángel Tapia, que agradece el comportamiento del público -aplaudieron su explicación como si de un aria se tratase-, dice que todavía no ha recibido explicación alguna del músico, que lo siente por el pianista y que los asistentes al concierto tendrán una compensación.- ,