El PP abre hoy un congreso con todo decidido y basado en el hiperliderazgo de Aznar
Los máximos dirigentes del PP han pasado en unos meses de saltar en bloque para restar importancia a la "falta de carisma" de José María Aznar a defender su incuestionado hiperliderazgo. En esta tesitura, y sin ninguna incertidumbre, llega el PP hoy a la apertura de su XIII Congreso Nacional. Todo está dictado: el ostracismo de Francisco Álvarez Cascos, que deja la secretaría general del PP después de 10 años, y su relevo por Javier Arenas, la encarnación de una generación joven, con más mujeres y otro talante más dialogante con el que Aznar busca perpetuar al PP en el Gobierno.
"Caudillismo", "cesarismo", "aznarismo", "falta de democracia", son las únicas acusaciones de peso que empañan los prolegómenos de la fiesta interna que el PP pretende celebrar este fin de semana en el Palacio Municipal de Congresos del Campo de las Naciones de Madrid.El PP ha montado desde esta tarde y hasta la del próximo domingo su primer congreso nacional desde que está asentado en el poder en España. Una gran mayoría de los compromisarios son ahora cargos públicos. De entrada, casi 500 de los 3.000 delegados son miembros natos precisamente por su condición institucional, por ser diputados y senadores. Es el congreso de un partido en el Gobierno, que además pretende prepararse para aguantar muchos años ejerciéndolo. Una confesión que Aznar ha subrayado estos días previos al cónclave.
Ocho años seguidos
Aznar ha recordado también en estas fechas su promesa en la última campaña electoral de permanecer sólo durante ocho años seguidos como presidente del Gobierno. Ayer volvió a insistir sobre este tema cuando Carlos Herrera le preguntó en RNE sobre las interpretaciones de la designación de Arenas como su futuro sucesor. Aznar aclaró: "Nosotros llevamos dos años y medio de Gobierno, vamos camino del tercer año y he dicho que si los españoles quieren o renuevan confianza, cosa que yo espero, no estaré más de ocho años en esta casa. Seguido no estaré más de ocho años; alternos, ya veremos, pero seguidos desde luego que no. Y por lo tanto, si tengo la oportunidad de estar ocho años, cuando cumpla ese tiempo me iré, pero ese tema no se ha planteado. Si es que se tiene que plantear se planteará en su momento pero no ahora, desde luego".Tanto en esa entrevista como en otras, o en cualquier declaración pública que efectúa estos días, Aznar inicia sus respuestas en muchísimas ocasiones con expresiones como "yo he hecho", "yo no he hecho", "yo tenía que afrontar", "me parece", "he elegido", "he querido". Cuando se le inquiere por esas formas personalistas, responde que le parecen "democráticamente las más correctas". Incluso hace alusión a los poderes que le confieren por un lado los estatutos del partido y por otro la Presidencia del Gobierno para aplicar en solitario los recientes cambios en el Ejecutivo. Y precisa que aunque no les haya comunicado hasta el final su propuesta eso no quiere decir que no haya escuchado sus opiniones.
El presidente del PP ha confesado ahora que al único que le comentó hace tiempo sus planes para la secretaría general fue a Manuel Fraga, el presidente fundador del partido. Dice que le consultó sobre varios candidatos pero añadió que, en su opinión, el "que más posibilidades tenía era Javier Arenas".
De Arenas, el presidente valora especialmente el talante, porque responde perfectamente a los planteamientos de futuro del PP. El futuro secretario general empezó ayer a ejercer su nueva labor de cancerbero de Aznar. Arenas explicó en la Cadena SER que "no hay nada más lejos de Aznar que el caudillismo", aceptó como "correcta" la forma de proceder del jefe del Ejecutivo en este reajuste de cargos entre los ministerios y el partido y rechazó que el presidente del PP haya hecho nunca "aznarismo". Arenas ofreció, con orgullo, otra versión del exceso de personalismo: "Aznar consulta mucho antes de tomar sus decisiones, y cuando las toma es porque las ha madurado mucho".
Uno de los hombres fuertes del Gabinete, Rodrigo Rato, vicesecretario general del PP, aportó su versión a las críticas contra el liderazgo de Aznar. Rato entiende que las recientes designaciones propuestas directamente por el presidente demuestran el "consenso generalizado" existente en el PP. Y añadió: "Estamos todos de acuerdo y somos racionales", pero no hay "falta de democracia". El vicepresidente económico agregó: "Yo no equipararía democracia con follón".
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